La separación de la Iglesia y el Estado por ley en diversas ocasiones ha creado conflictos e incluso polémica. Si en lo que va del sexenio la presencia del presidente de la República Enrique Peña Nieto en el Vaticano, así como la presencia del gobernador mexiquense en la Santa Sede ya revolucionó las redes sociales y a la opinión pública, ahora se suma Margarita Arellanes por “entregar las llaves de Monterrey a Jesucristo”.
Según un video, grabado el pasado sábado en la plaza Zaragoza de la capital regiomontana durante el evento Monterrey Ora, organizado por la Alianza de Pastores de Monterrey, la alcaldesa declara efusivamente que entrega la ciudad de Monterrey a Jesucristo.
Tras publicarse el video, las declaraciones de Margarita Arellanes han alarmado a diversos sectores de la ciudadanía que defienden el laicismo de las instituciones aunque esto ya se haya realizado con anterioridad en los municipios Cadereyta, Guadalupe y Juarez.
Luego de la participación de la munícipe panista, unos niños recibieron de su mano una placa en la que se entregaba ”en manera simbólica la ciudad de Monterrey a Jesús”.
Pero no todo han sido críticas, desde las redes sociales se han creado grupos en apoyo a la alcaldesa, en especial desde los grupos católicos y protestantes. Quienes han mostrado su molestia por la aparente pérdida de laicismo en el gobierno local recuerdan que “El Estado no podrá establecer ningún tipo de preferencia o privilegio en favor de religión alguna. Tampoco a favor o en contra de ninguna iglesia ni agrupación religiosa”.
ANÁLISIS
Políticos que manifiestan su religiosidad, fenómeno a la alza
El académico y politólogo Joel Díaz García observa que la tendencia de los gobernantes a manifestar su religiosidad es un fenómeno que se ha incrementado en los últimos años:
“Quienes asumen posiciones de liderazgo en la estructura estatal deberían visualizar que su función es gobernar para todos, independientemente de su credo religioso, posición ideológica, preferencia sexual. Tu responsabilidad como gobernante es gobernar para todos, desgraciadamente cuando somos parte de algo queremos que el resto de los demás sea igual a nosotros, y esto rompe con el pluralismo político que debe caracterizar a los estados modernos.
“Estoy seguro y cierto que las personas que hacen esto, lo hacen en virtud de que su preferencia religiosa y como una exhibición de principios que prevalezca sobre el resto de las demás. Si bien la religión católica es la mayoritaria, pues no todos somos católicos y en ese sentido deberían visualizar las cosas de manera diferente. Creo que esto es parte de la misma despersonalización que en los últimos años ha tenido el estado mexicano, donde no se visualiza de manera adecuada las funciones de estado”.
En relación al aspecto legal “no es muy clara la ley en ese sentido, pero ciertamente deberían ser cuidadosos en ese tema. Hay una propensión a ser más ligera con la ley para que este tipo de actos se permitan, incluso en la última reforma Constitucional que se acaba de hacer en materia religiosa. Las manifestaciones como la de la alcaldesa de Monterrey deben hacerse en el término individual y no generarlo en un contexto del estado, que es la parte delicada”.
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