Para la legisladora federal Marcela Guerra, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, tal es la magnitud de la migración en México que difícilmente se podría contener un fenómeno de esta naturaleza, además de que el país carece de los elementos necesarios para atender a los migrantes por lo que no se les puede invitar a quedarse.
“México es referente en materia migratoria por su situación geográfica y lo ha vivido durante décadas, sin embargo, no podemos invitar a los migrantes a quedarse en nuestro territorio; se carece de los elementos necesarios para atenderlos”, expresó Guerra.
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La migración, añadió, debe ser segura, ordenada y regular.
En Nuevo León, de acuerdo a datos de la Secretaría de Igualdad e Inclusión, en el último año se les ha dado apoyo alimenticio, médico y asesoría a unos 10 mil migrantes, especialmente originarios de Venezuela.
Durante la última semana solamente, se atendió a mil 500 únicamente en la Central de Autobuses.
“No podemos tratarlos como delincuentes, pues sólo se trata de personas que, en su mayoría, transitan en la búsqueda de un bienestar para ellos y sus familias”.
Pero, Guerra detalló que ante la difícil situación migratoria que enfrenta México, se tienen que empezar a diseñar medidas de largo plazo que permitan realizar una transición ordenada.
“Y en la Cámara de Diputados estamos dispuestos a buscar los acuerdos, mediante el diálogo con todos los grupos parlamentarios, para construir alternativas y tratar de reducir la problemática que viven miles de familias que transitan por el territorio nacional”, afirmó. “Tenemos que avanzar en los objetivos de la Agenda 2030 en la cual, lejos de criminalizar la migración, se considera como un importante agente para impulsar el desarrollo sostenible”.
Para mitigar los efectos de la migración debe haber una responsabilidad compartida entre todos los países de la región, que de una u otra forma están involucrados en este fenómeno, destacó Guerra.
La legisladora recordó que desde el 2011, el Estado mexicano estableció el respeto a los Derechos Humanos de los migrantes, más allá de su nacionalidad, género, edad y en ningún caso su situación migratoria irregular se considerará un delito.
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“Tal es la magnitud de esta situación, que difícilmente se podría contener una migración de esta naturaleza, pero sí se pueden contemplar nuevas formas para su incorporación temporal al mercado laboral, como ya se ha hecho en el pasado con las visas de trabajo, aunque siempre ha sido insuficiente”, señaló Guerra.
