Nuevo León

Fallece José Luis Esquivel, maestro de periodistas

Por años luchó contra el cáncer, pero finalmente la madrugada del lunes perdió la batalla

Esquivel fue maestro por más de 45 años.
Esquivel fue maestro por más de 45 años. Foto: Facebook /José Luis Esquivel

Tras varios años luchando con el cáncer José Luis Esquivel, maestro de varias generaciones de periodistas, falleció la madrugada de este lunes.

Esquivel fue profesor en la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León durante más de 45 años, sin embargo por su situación de salud tuvo que abandonar las aulas.

Fue intervenido en dos ocasiones del estómago y una del cerebro por lo que impartir clases ya le resultaba imposible.

“Solo Dios sabe el futuro de todos e impartir clases y ser periodista es mi pasión que no quisiera finalizar. Pero 15 días en el hospital y dos intervenciones médicas en el estómago y en la vesícula han hecho que los especialistas me recomienden, y casi me exijan, que debo dejar mi actividad docente en la entrañable FCC, si de veras quiero seguir viviendo. Imaginen lo que eso significa para mí, pero debo hacer caso, aunque no quiera”, escribió hace unos días en su perfil de Facebook.

Añadió que con todo el dolor de su corazón se despedía del directivo de su escuela, del amigo, del compañero universitario y del exalumno que siempre estuvo al tanto de su enfermedad.

“Y le adjunto con este adiós (¿momentáneo?) el mensaje que tanta fama publicitaria le dio el Gansito Marinela: ¡RECUÉRDAME!...”.

Una salud inquebrantable

Esquivel destacó que vivió 78 años con una salud imperturbable.

“Ni siquiera el tratamiento oncológico y de quimioterapias interrumpieron mi actividad diaria. Es más, tampoco la operación del cerebro el 4 de marzo me impidió volver de inmediato a la acción. Pocos sabían que estaba enfermo.

“Pero ahora, en estos tres últimos meses he pasado por una situación deplorable, especialmente al salir del hospital hace 15 días, con señales que está cerca el aterrizaje final. No es exageración ni drama. Es la realidad. Ahí están los estudios médicos y los signos que han aparecido en mi organismo.

“Pero no tengo miedo ni resentimiento ni ira ni tristeza o melancolía. Al contrario, estoy agradecido con Dios por la hermosa familia que me ha acompañado en mi tránsito terreno, y con los maestros y jefes que tuve, con los amigos que cultivé, con los libros que leí, con los viajes que realicé, el camino que recorrí y las plegarias que me dictó mi fe”, agregó.

El maestro fue realista con su situación.

“Estoy muy mal y cada día se complica más mi situación, al cuidado de mis hijos y nietos. Pero solo por atención les diré por qué no atiendo visitas ni contesto llamadas:

1. El cáncer consume mi energía.

2. No puedo ya ni salir en silla de ruedas pues debo estar en cama permanentemente.

3. Dolores intensos en el abdomen.

4. No puedo caminar y hasta para dar unos pasos de la cama al baño, necesito ayuda.

5. No puedo hablar porque el esfuerzo me agota.

Nunca imaginé estar así pero los médicos dicen que la ciencia se rindió y no queda más que esperar el final.

“¿Cuándo? Solo Dios sabe. Estoy en sus manos para cuando Él diga. Gracias a todos por sus mensajes y oraciones que mucho me confortan. Hasta luego”, se despidió.

No se dio a conocer dónde se produjo el deceso y tampoco fecha lugar y horario de las honras fúnebres

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