Al final de cualquier administración en Estados Unidos, los presidentes salientes tienen la facultad de exonerar a ciertos acusados, es por ello que, antes de que terminara la administración de Donald Trump, (enero 2022), el presidente Andrés Manuel López Obrador le envió un escrito solicitando que se exonerara al periodista australiano Julian Assange.
“Si usted accede a mi petición, el gobierno de México está dispuesto a ofrecer las facilidades necesarias para que el señor Assange viaje de inmediato a mi país, en donde sería recibido en calidad de asilado”, fueron los términos de la carta.
No hubo respuesta, pero el Presidente ha reiterado su ofrecimiento de asilo al activista australiano considerando que el Gobierno estadounidense debe actuar con “humanismo” en el caso.
No olvidemos que AMLO es un humanista, que escribe en su libro A la Mitad del Camino:” la política exterior nuestra no está motivada por ideologías , sino por los principios de justicia, igualdad, libertad, democracia, soberanía y fraternidad”.
Las autoridades estadounidenses buscan juzgar a Assange por las revelaciones de su portal WikiLeaks en los que “expuso graves abusos cometidos por las tropas de Estados Unidos en las guerras de Irak y Afganistán”.
En días recientes y honrando la amplia tradición de respeto a los derechos humanos y a la institución jurídica internacional de asilo político, el Presidente López Obrador dio instrucciones al canciller Marcelo Ebrard para reiterar este ofrecimiento de asilo a Assange, “una persona movida por ideales y principios que por ese hecho debería ser merecedor de compasión”, dijo el Presidente.
El estado mexicano reconoce la figura del asilo político como un mecanismo de protección y de tutela de los derechos humanos de aquellas personas que así lo soliciten, sin distinción, restricción o discriminación alguna. La reglamentación indica que quien recibe el beneficio del asilo debe actuar con respeto a las leyes del país y no puede intervenir en asuntos externos.
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Lo cierto es que Assange a través de su plataforma WikiLeaks difundió información de interés público en diferentes países como Colombia, Kenia, Perú, Siria, Arabia Saudita, Rusia y Noruega entre otros, teniendo como lema la defensa de los derechos humanos, la libertad de expresión y acceso a la información.
De hecho en noviembre de 2021 el Club de Periodistas Austriacos (OJC) reconoció al fundador de WikiLeaks, con el premio Karl Renner a la Solidaridad por su compromiso con “la verdad sobre los delitos cometidos por gobiernos y empresas”.
El premio también tiene como objetivo reclamar al Reino Unido la “liberación inmediata de Assange quien lleva dos años detenido en condiciones inhumanas en una prisión de alta seguridad de Londres, sin haber sido condenado por ningún tribunal; es decir, su situación procesal aún no está resuelta.
Incontables son las organizaciones que han demandado la liberación del periodista, entre ellas: Amnistía Internacional (AI); Reporteros sin Fronteras (RSF); Human Rights Watch (HRW), y también la Federación Internacional de Periodistas (FIP) con sus 600 mil miembros.
“Assange está enfermo y sería una muestra de solidaridad, de fraternidad, el permitirle que recibiera asilo en el país que resolviera vivir, incluido México donde el periodista no representa ningún peligro”, apuntó AMLO bajo la premisa de que el derecho de asilo es parte de la política exterior de México.
El periodista australiano de 50 años, se refugió en 2012 en la embajada de Ecuador en Londres para evitar ser extraditado a Suecia para responder a una acusación de violación, misma que rechazó y que finalmente fue archivada.
En 2019, el gobierno de Ecuador le retiró el asilo y fue detenido en un operativo para ser recluido en la prisión de alta seguridad londinense de Belmarsh. Allí espera que la Corte Suprema de Reino Unido decida sobre una apelación de la defensa para impedir su extradición a Estados Unidos donde enfrentaría 18 cargos, -entre los que están conspiración para acceder a información confidencial y clasificada-, y una condena de 175 años de cárcel por las revelaciones que hizo en 2010.
Assange se ha negado a “someterse a una extradición por un trabajo periodístico que recabó numerosos premios y protegió a mucha gente”.
Entretanto, el Gobierno de México mantiene comunicación con los abogados de Assange, quienes conocen del ofrecimiento de asilo aunque en este momento no pueden tomarlo por razones de procedimiento.
Ya es hora de que Julian Assange deje atrás el desarrollo de su proceso desde la cárcel, encerrado 24 horas bajo estricta vigilancia desde abril de 2019, pues “hay un deterioro de su salud física, con la pérdida de mucho peso, debido a que viene arrastrando una persecución feroz jurídica y política” , como ha comentado el excónsul ecuatoriano Fidel Narváez.
Felicitamos y apoyamos la iniciativa y misión humanitaria del presidente López Obrador que aboga por un periodismo libre, y por el derecho de asilo como un eje de la doctrina diplomática mexicana, y esperamos que la extradición del periodista de investigación a México se realice en cuanto se resuelvan las batallas legales y de alto contenido político en su caso.