El gobierno de la 4T ha sido un claro ejemplo de la falta de preparación ante los conflictos nacionales e internacionales. No han sabido atender una pandemia, ni entender la economía, ni comprender los conflictos bélicos. Estar del otro lado del mundo no hace a México ajeno a los problemas de Ucrania.
Mientras el mundo está en peligro, el Presidente de la República está más preocupado por no bajar su popularidad en las encuestas. Mientras el mundo ve con malos ojos la intromisión de Rusia en Ucrania, los funcionarios del gobierno, están ocupados saludando a empresas rusas. Mientras los países fijan una postura clara contra los gobiernos abusivos que no respetan la soberanía de las naciones, en México el Presidente López Obrador no fija una definición política internacional clara.
El Estado mexicano debe mantener una postura en defensa de los derechos humanos, del derecho internacional, los principios de solución pacífica de las controversias, la protección de la población civil, la observancia del derecho internacional humanitario, el mantenimiento de la paz, la seguridad internacional y la soberanía de las naciones.
En cuanto a la pandemia, tal como lo señala el antropólogo y sociólogo Roger Bartra, ha sido una desgracia la manera en la que el gobierno la ha atendido. Es más, asegura que México se disputa con Brasil el peor lugar en América latina para administrar esta emergencia sanitaria.
Con la 4T, todo va en sentido contrario. Mientras el mundo le apuesta a las energías limpias y baratas, este gobierno le apuesta a los fósiles, a lo contaminante y a lo caro. No tienen visión de futuro y sin duda, traerá graves consecuencias para México.
En tres años de administración, ha quedado al descubierto que no están listos para atender una pandemia y mucho menos, para hacerle frente a las repercusiones económicas o sociales por un conflicto bélico que no sólo causará estragos en algunas partes de Europa. El gobierno de la 4T le falla a los mexicanos y ahora también, le falla al mundo.