Opinión

11 de abril

Muchos analistas, incluyendo legisladores de Morena, han vaticinado que habrá una participación de unos 20 millones de ciudadanos

AMLO (Cuartoscuro) (Daniel Augusto/Daniel Augusto)

A pocos días de que sea la votación de la revocación de mandato, una parte de la sociedad está más preocupada por lo que pasará al día siguiente que por los resultados que la noche del 10 de abril dará a conocer el INE. Algunos llaman a no participar por la incertidumbre de lo que va a decir el presidente el lunes 11, porque no se sabe para que va a usar la renovación del capital político que seguramente recibirá en las urnas; otros están preocupados por cumplir la meta de votos que se les asignó y por las represalias políticas en caso de no hacerlo.

Muchos analistas, incluyendo legisladores de Morena, han vaticinado que habrá una participación de unos 20 millones de ciudadanos, es decir, un 21% del padrón electoral y de estos un apoyo de unos 16 millones a favor de que el presidente se quede, es decir un 80% a favor y 20% en contra. El consejero presidente del INE tendrá que decir que el resultado no es vinculante, que se instalaron todas las casillas programadas y que la jornada de participación se dio en paz.

De recibirse el Domingo de Ramos este posible número de votos, en realidad esta participación no sería tan baja; en las elecciones de Puebla, en 2019, la participación fue de 33%; en el mismo año, las de Baja California, fue de 29%; en la consulta por la cancelación del Nuevo aeropuerto de Texcoco, participaron 1.3 millones (1.5%), en la consulta popular del año pasado, 6.6 millones, 7.1%, es decir si en la revocación participara 20% de la lista de electores, sería una muy buena respuesta social a algo nuevo e inoportuno.

El problema es que, si los que votan por que se quede el presidente, son casi la mitad de los que votaron por que llegara, a pesar del movimiento de toda la estructura y de su empeño, sería un duro golpe. No habría nada que festejar y no habría capital político para proponer las reformas constitucionales de renovación del INE, la energética o la militarización del país. Al presidente en realidad para sus propósitos, no le importa cuantos votan por que se vaya, sino que los que voten para que se quede sean por lo menos los 30 millones que lo eligieron.

El no acudir a votar por el no, como muchos claman, no es trascendente, lo que en realidad es relevante es cuantos van a votar por el sí, porque esta cifra es la que modulará las acciones y decisiones de Palacio para los próximos meses. No considero ahora que los resultados zanjen el camino para una ampliación de mandato o modificación constitucional que permita la reelección, como en Venezuela o Bolivia; nuestra democracia es más solida y vigilada, salvo que voten por el sí más que en 2018, por ejemplo, el 50% del padrón electoral, es decir más de 45 millones, porque, entonces sí, todo podría pasar.

Este apoyo multitudinario no parece algo posible, considerando que apenas el año pasado la votación para la nueva Cámara de Diputados demostró que la sociedad se encuentra dividida casi al 50%, entre Morena y aliados y la oposición junta, aunque se podrá decir con razón, que el presidente no estuvo en la boleta, cierto; de ahí lo importante del numero de ciudadanos que votará por el sí, que se conocerá la noche del inicio de la Semana Santa, por que puede cambiar a México a nuestro sistema democrático y la vida de muchos a partir del 11 de abril.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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