Opinión

Mis datos, los únicos datos

Mis datos, los únicos datos Foto: Gobierno de México

Uno de los riesgos más grandes que puede cometer una sociedad comprometida y responsable es dejar de cuestionar al gobernante. La política no solo les pertenece a los políticos, pensar en el presidente como el ganador en medio de un torneo deportivo es lo peor que puede hacer un ciudadano que desee lo mejor para el país.


Aquellos a quienes les molesta que se cuestione al partido en el poder o a cualquiera que represente a los ciudadanos por sentir cercanía, no solo demuestra profunda incapacidad de análisis, sino una traición a sí mismos y al voto ejercido por quien hoy gobierna. El voto no es un cheque en blanco, es una exigencia para quien resulta ganador.


Con profunda decepción vemos todos los días que la defensa del gobierno es hablar del pasado, de sexenios anteriores que concluyeron incluso hace más de una década. El presidente tiene a sus villanos favoritos y quienes lo siguen sin reparo, compran la narrativa en la que todos los problemas del país son por un grupo de personajes que tienen la culpa de todo, hasta de las malas decisiones de hoy.


Se ha frivolizado el mensaje que llega desde Palacio Nacional.  Nada se toma en serio, nada es verdad cuando se cuestiona, siempre hay otros datos, hay verdades a medias. El problema a profundidad es que cuando una sociedad acepta como válidos los únicos datos que presenta el gobierno, no hay manera de exigirles, porque no hay reflexión, no hay dudas, hay aceptación absoluta.


El gobierno apuesta a tener una narrativa que divida, a decir su única verdad construida de varias mentiras, pues lo relevante no es la honestidad sino la popularidad. La batalla no es de buenos contra malos, ni de conservadores contra liberales, esa es una falsedad que tiene como objetivo desviar la atención de lo realmente importante.


A este país le hace falta mucha reflexión y responsabilidad sobre el sentido que le damos al poder como ciudadanos. Las burlas en un sentido o en otro, la falta de cuestionamientos o las porras solo por el carisma que representa un gobernante es limitado y muestra un perfil ciudadano que deja mucho que desear.


La responsabilidad ciudadana exige no quedarnos con los datos de Palacio Nacional como únicos. Cuestionar nos hará encontrar información, pero sobre todo nos hará ser votantes y ciudadanos responsables, mejores ciudadanos.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

Tags

Lo Último