De acuerdo a conocimientos místicos ancestrales y, actualmente, a los descubrimientos de física cuántica, todo es mente, y todo proviene de la conciencia. Por esto se dice que de la única persona de la que depende que nuestra vida cambie, es de uno mismo. Existen algunos puntos fundamentales para el logro de nuestros sueños.
El primero, radica en que tenemos que abrazar la creencia de que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, pues esto nos permite volvernos receptivos a la abundancia infinita del universo.
El segundo, es el agradecimiento genuino. Portar un corazón agradecido nos mantiene conectados con la fuente del suministro ilimitado. La gratitud es como saber que es un hecho que la tubería del agua que suministra nuestra casa, está llena y, en consecuencia, no tenemos por qué sentir preocupación, sino agradecimiento por esta fuente vital que nos llega. Este solo sentimiento permite que lo Divino se convierta en nuestra fuente infalible y permanente.
Recuerde que aquello por lo que está usted agradecido, inevitablemente crece y da fruto, y, por el contrario, cualquier bendición por la que no estemos agradecidos, dejará nuestras vidas tarde o temprano.
El tercero, es comprender que cada reto es un maestro de vida con un mensaje específico para usted y que quejarse o evadir únicamente lo hará durar más o crecer. Partir de esta base le permitirá asumir los problemas con mayor capacidad de resolverlos, pues hacernos responsables, nos devuelve el poder para accionar, ya que cuando la lección está aprendida, el maestro desaparece. Podemos ser agradecidos incluso con las dificultades, pues, aunque usted no lo crea, también son una forma de riqueza.
El cuarto punto, es que no ponga todo su enfoque en el plano físico. ¡Sí! Por paradójico que parezca, alcanzar sus sueños tiene mucho más que ver con su corazón, alma y espíritu, pues todo proviene de lo invisible y primero se configura en dimensiones superiores para después llegar a ser materia. Si usted se ocupa gastando demasiada de su energía, tiempo y dinero únicamente en este plano, los otros cuerpos se descuidan, y también se debilitan y enferman.
Todos los desequilibrios mentales, emocionales y físicos en el mundo son el resultado de que los seres humanos descuidemos y estemos tan alejados del corazón, el alma y el espíritu. Y, realmente, la salud integral es la mayor riqueza que podemos tener. Sin salud, no tenemos nada. El quinto, es que necesitamos abrir nuestras vidas a tantos tipos de riqueza como sea posible.
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La prosperidad comienza con los pensamientos, y debemos trabajar en que estos estén identificados con el espíritu de la abundancia para poder desarrollar una conciencia que nos deje acceder a canales adicionales de riqueza desde muchas fuentes diferentes, como tener buena salud, tranquilidad, hermosas relaciones con la familia, los seres queridos, riqueza de tiempo libre, riqueza de autoconocimiento, de conocimiento, de armonía, de sana diversión, de finanzas sanas, etc.
Y el sexto, que es clave: haga circular sus riquezas materiales e inmateriales. La abundancia fluye automáticamente en nuestras vidas compartiendo y dando a los demás, material o espiritualmente, bendiciendo y orando, realizando buenas acciones, expandiendo otras vidas.
Esto nos convierte en centros de operación Divina, centros de distribución de riqueza, éxito, salud, alegría, amor, felicidad, armonía, protección, abundancia y prosperidad, pues, en automático estaremos asumiendo el hecho de que ya estamos llenos de gracia, de luz y de riqueza que somos capaces de compartir. Además, inevitable, ineludible, obligatoria y rigurosamente, todo, absolutamente todo lo que usted da, regresa siempre multiplicado.