1. La decisión que tome Morena en cuanto a la elección interna de su candidato.
El presidente Andrés Manuel López Obrador será fundamental en la ruptura o no de “su” partido Morena. El apoyo que dé el presidente al futuro candidato podría terminar en catástrofe. Los únicos que pueden romper a Morena son ellos mismos y si hay alguna posibilidad de que se debilite su estructura es si ellos deciden dividirla.
La decisión del candidato de Morena es fundamental para su futuro, más allá de que la persona más relevante de ese partido es AMLO, no es lo mismo si encabeza la candidatura Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard. ¿Quién de ellos se quedará tranquilo sin la candidatura?
2. Un candidato fuerte de oposición.
Si bien la oposición anda un poco perdida, lo que pudimos ver en las pasadas elecciones del domingo es que no todo lo tienen entregado, que van a dar la batalla. Obtuvieron el triunfo en dos estados y en uno más, fueron competitivos. Si bien siguen perdiendo varios gobiernos que tenían, es relativo que no se pueda derrotar al partido en el poder.
Aquí lo relevante es a quién va a poner a competir. Deben pensar muy bien que mujer u hombre puede encabezar a toda la oposición, porque si se equivocan, la victoria de Morena se dará a pesar de lo que pase en ese partido. La elección de un candidato de unidad pasa por muchas horas de negociación, habrá que ver si logran llegar a un gran acuerdo.
3. Las elecciones del siguiente año (Estado de México y Coahuila).
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Muy importante quien gane las dos gubernaturas del 2023, especialmente el Estado de México. Siempre se ha dicho que la elección de presidente pasa por la prueba del Edomex. Sin embargo, a pesar de que el PRI nunca ha perdido esa entidad, se terminó la idea de que un partido no pueda ganar la presidencia si pierde el Edomex desde hace varios sexenios.
Lo cierto es que será muy relevante para medir el momento político que vivirá el país. Habrá que ver si el presidente decide meter toda su estructura en el Estado de México y qué tiene la oposición, en específico el PRI para retenerlo.
4. La ciudadanía.
La ciudadanía tiene la última palabra, si bien el presidente tiene una aprobación muy importante y no se vislumbra que la pueda perder, es real que ciertos sectores sociales están dispuestos a salir a una votación si el mandatario no convence en lo que resta de su gobierno.
También es cierto que muchos de los seguidores del presidente lo van a apoyar, incluso si el país no tuvo mejora alguna. Ahora bien, no es lo mismo la popularidad que refrendar un voto. El tiempo dirá.