El actual sexenio encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha tenido ciertas características de que han marcado su gobierno y que dejarán una huella en la historia de México.
Una de ellas ha sido la política energética con la que su administración ha pretendido conducirse, que no solo ha detenido el desarrollo energético de nuestro país, ha representado un retroceso en la generación de esta. Representando un agravio para el medio ambiente y ahuyentando las inversiones en el sector para nuestro país.
La Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969 contempla el principio Pacta Sunt Servanda, que no quiere decir otra cosa que “los contratos están para cumplirse”.
En 2018, una de las principales prioridades de la transición entre sexenios fue la negociación del T-MEC, en donde se presume, hubo un impecable trabajo entre los equipos del entonces secretario Guajardo y el Dr. Jesús Seade, para que la administración entrante estuviera en total acuerdo con el nuevo tratado y estuviera en condiciones para cumplirse a cabalidad.
Desde el poder legislativo hemos debatido, reservado artículos y advertido la posibilidad de llegar al actual escenario, en donde nuestros principales socios comerciales activen los mecanismos de solución de controversias por pretender manejar el mercado eléctrico a través de prácticas monopólicas en favor de la Comisión Federal de Electricidad.
Lo anterior en violación del Capítulo 8 del tratado en cuestión, por no mencionar las diversas violaciones a tratados medioambientales de los que México es parte.
Estamos en presencia de una situación preocupante, ya que, de no llegarse a un acuerdo, se le podrían imponer aranceles a las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos y Canadá en perjuicio de los agricultores mexicanos en primer lugar. También, podría representar el banderazo para que empresas no solo norteamericanas, sino también europeas, puedan iniciar litigios en cortes de arbitraje internacional en contra del Estado mexicano.
PUBLICIDAD
A dos años de la firma del T-MEC, la administración del presidente López Obrador se encuentra en apuros por defender su -indefendible- política energética. Hasta el momento, el presidente ha mostrado una actitud arrogante y desafiante ante esta situación.
Pero aún estamos a tiempo de corregir el camino y llegar a un acuerdo, pero se llegará al punto en donde se tendrá que decidir entre defender la política energética o a las exportaciones mexicanas, pilar de la economía mexicana.