Tranquilos, pero no pasivos

Foto: Facebook Verónica Bravo

Verónica Bravo es una exitosa actriz mexicana que destaca de entre un talentoso grupo de profesionales dedicados a un espacio de comedia que se ha vuelto viral, por su humor y audacia. Es difícil pensar que una persona así de conocida pueda ser ignorada fácilmente, aunque no tanto que pudiera convertirse en una víctima de la delincuencia. De lo último, ninguno estamos exentos, tristemente, a pesar de que podemos hacer mucho al respecto.

De acuerdo con un video que ella misma subió a redes sociales, perdió todos los ahorros de su vida profesional cuando le robaron su teléfono celular (ninguna otra pertenencia, refiere) y quienes lo hicieron lograron entrar a una de dos aplicaciones bancarias que tenía y extrajeron hasta el último centavo de su cuenta. Al quejarse, el banco en cuestión le respondió en varias ocasiones que no se haría responsable, lo que impulsó la denuncia pública.

Falta conocer el final de esta historia y espero que sea favorable para la actriz y para cualquiera que haya pasado por un trance tan desagradable (son muchos, si uno se fija en la cantidad de comentarios y de usuarios que sufrieron lo mismo). Por eso no menciono más acerca de lo ocurrido.

Sin embargo, me da la oportunidad de reiterar dos características de cualquier delito: si no denunciamos y nos organizamos bien, puede ocurrirnos a todos, porque el delincuente no hace diferencias; la segunda: si un crimen puede cometerse, sucederá en el ciberespacio y en la realidad, simplemente porque es un buen negocio y las probabilidades de quedar impune -por la primera condición que es la falta de denuncia- son mayores a las de ser castigado.

Por los testimonios, es evidente que existe un grupo, bien organizado, que roba teléfonos celulares de posibles víctimas que coincidan con un perfil para luego violar la seguridad de las aplicaciones y saquear la o las cuentas.

¿Qué tan dentro están los delincuentes para contar con información de clientes, la manera de romper los candados de seguridad y poder trasladar el dinero robado a otra cuenta o retirarlo?

No lo sé, eso les corresponderá a las autoridades respectivas, pero no hay duda de que es un equipo criminal con capacidad tecnológica, entrenamiento y acceso a datos sensibles. Actuar sin violencia durante el robo del teléfono también dice mucho sobre su modus operandi.

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Es imposible negar que nuestra vida ahora está guardada en diferentes dispositivos electrónicos. Ahí se encuentra información delicada, personal y estratégica para el día a día. También está la puerta que da hacia nuestro dinero y otros valores. Por ello no debemos omitir ninguna precaución que nos permita mantener todo esto seguro.

También destaco la importancia, de nuevo, de la denuncia. Cada vez que nos enteramos de este tipo de casos por mensajes instantáneos, alertas en redes sociales, videos o rumores que alguien de confianza nos comparte, ya vamos un paso detrás de la delincuencia.

Lo único que puede detener este tipo de crímenes es la prevención, que es la mejor seguridad que podemos proporcionarnos como ciudadanos. A la primera sospecha de un correo electrónico que pide dar “click” en una imagen, enviar datos personales o incluye un vínculo, hay que eliminarlo y comunicarnos con la institución que supuestamente lo envió.

Si la víctima es una persona cercana, hay que sonar la alarma y dar el remedio y el trapito: pedir que nadie haga caso del modus operandi y menos se quede sin denunciar el hecho por los medios oficiales y por los medios públicos. Si estamos advertidos y bien comunicados, la posibilidad de que los criminales sigan haciendo negocio se achican de inmediato.

Acudir al 088 y al 911 al instante ayuda mucho, porque les permite a los equipos especializados en ciberdelincuencia actuar en contra de delincuentes que no se están volviendo sofisticados, ya lo son, y es porque se trata de un negocio redituable, difícil de rastrear y que representa un riesgo bajo, porque se comete en el mundo de lo virtual.

Conocemos muchos delitos así, ahora sabemos lo que ocurre con el robo de celulares y de cuentas bancarias a través de su propia aplicación, gracias a la notoriedad de Verónica Bravo. ¿Y los demás afectados antes de ella? Hagamos consciencia, buena comunicación y el ruido necesario para que no se cometa un robo más de este tipo y quienes se dedican a esto no solo se detengan, sino que no puedan volverlo a hacer. Tenemos derecho a vivir tranquilos, pero nunca pasivos.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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