En días pasados mientras en México veíamos como se desmorona nuestro estado de derecho y la paz social gracias al terror provocado por grupos criminales bendecidos por la impunidad, en el Congreso de Estados Unidos se aprobó una Ley llamada en contra de la inflación que significa una ampliación presupuestal de 370,000 millones de dólares para impulsar el uso de energías limpias y disminuir en un 40% la contaminación ambiental.
Considera la nueva ley que será firmada en próximos días en la Casa Blanca, establecer un nuevo impuesto de 15% para las empresas que declaren utilidades de más de mil millones de dólares y reducir el costo de los servicios médicos a través de Medicare, principalmente para los adultos mayores, lo que generará junto con los estímulos fiscales para empresas y consumidores nuevas inversiones y empleos mejor pagados.
Mientras nuestro gobierno añora regresar a 1970, utilizando energías caducas, y teniendo como principal proyecto descabezar el sistema electoral; el gobierno de Joe Biden está preparándose para los desafíos del 2030 y aunque ambos presidentes piensan con sus acciones en cuestiones políticas electorales, el lo hace construyendo un futuro mejor sin distingos de preferencia partidista, consciente de que el cambio climático es la mayor tragedia que enfrentarán las nuevas generaciones.
Destaca que para la aprobación de esta ley en el Senado de E.U., la ley de control de armas, y la de servicios médicos para los de menores ingresos, se contó con el apoyo de algunos republicanos, por algo el día de ayer el artículo de David Leonhard del NYT, reconoce que el Congreso a sido más productivo y eficiente de lo que se esperaba considerando su conformación bipartidista.
Pudiera ser una oportunidad para nuestro país si nos sumáramos a la estrategia de cuidar la emisión de contaminantes en la producción de energía, lo que se ve difícil ya que la pretensión de la transformación es la contraria; nos quedarnos viendo pasar otra vez una nueva oportunidad de desarrollo y progreso, eso sí algunos convencidos de que somos tan soberanos como lo fuimos de 1970 a 1980.
Se dice que el 15 de septiembre se puede anunciar la salida de México del T-MEC, argumentando la defensa de nuestros recursos naturales, esto generaría una crisis económica sin precedentes, inflación, devaluación y salida de capitales, no lo creo; pero lo cierto es que el peso del vecino rico molesta en Palacio y por otro lado la Casa Blanca no está dispuesta solamente a ver como se descompone su patio trasero, con o sin T-MEC. ¡El gobierno de Biden seguirá interviniendo en México y presionando para que se actúe en contra de los cárteles, tan lejos de Dios y tan cerca de E.U.A.!