Hablar de leyendas, implica ver más allá del talento y la fama global, pues cuando en esta carrera de resistencia, el pueblo te corona como un emblema de la industria, es por la conexión que como artista lograste generar con los millones de almas que siguen de cerca tu música.
Tal es el caso de Napoleón, un hombre que a base de humildad, palabras sabias y música que ha formado parte de cientos de generaciones, se consagró como una institución de este arte en México y el mundo.
José María Napoleón comenzó su carrera desde muy joven y demostró que no se necesita tener los bolsillos llenos, ni un mundo digitalizado a tus pies para llegar a la cima, sino que basta con un corazón noble, un par de pies que no se despeguen del suelo y una cabeza dispuesta a convertir reflexiones en canciones que perduren a través del tiempo.
Además, es impresionante escuchar de viva voz de un artista, todo el proceso que tuvo que afrontar para darle vida a un himno de todos los tiempos como lo es “Vive”, que en menos de cuatro minutos cambia tu forma de ver al mundo.
“Vive” en 1976 la escribí y tengo la letra original y escribía “abres” con “h” y por la prisa la escribí muy mal. Yo acababa de llegar a Aguascalientes a inyectarme de la vitamina que necesitaba para ir al Festival de la OTI y mientras mi madre me calentaba algo de comer, yo me salí a ver las macetas y me puse a pensar en comprarles una casa, pero luego volví a pensar para mis adentros:
“Nada te llevarás cuando te marches” y me las repetí, hasta que llegué con mis hermanos y les pedí prestadas su guitarra y su grabadora de casetes y ahí en la cocina de la manera más rápida fue como nació “Vive” como si me hubieran dictado la letra, con faltas de ortografía y así la conservo junto a mi Grammy y junto a mi premio de la OTI, porque ese es el tipo de recuerdos que debemos conservar.
Y es así como el hidrocálido nos enseña a través de su impactante trayectoria artística que somos seres emocionales y totalmente capaces de transmitir a través del arte, aquello que a veces no puede decirse con simples palabras.
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Así que no me equivoco al asegurar el cariño y respeto que el público le tiene a José María Napoleón viene cargado de admiración y gratitud, mismas que el artista devuelve en cada oportunidad que tiene.
Yo hasta ahora no sé lo que significa “no firmar un autógrafo” o escaparme para irme de la gente. Por ejemplo, un día me quedé ahí en Aguascalientes cantando y luego venía la firma de autógrafos, terminé de cantar a las 5 pm y terminé de firmar a las 11 pm. Donde me paran ahí me detengo y nunca he dicho “no” porque una cosa trae consigo la otra, no podrías ser grosero con quien te dio lo que hoy puedas o seas.
Y no es para menos, porque la música de Napoleón trae consigo una carga emocional importante en la que enseña que lo que más vale en esta vida es la humildad, porque el saber de donde vienes, siempre te mostrara el camino hacia el que vas.
Por ello, con Auditorios Nacionales totalmente agotados, uno más en puerta y fechas en el interior de la república, es como este grande de México se despide de una consolidada trayectoria en la que demuestra que la vida de la música es larga, siempre y cuando sepas como tocar corazones.