El gobierno morenista espía a colectivos feministas, a familiares de niños con cáncer a madres usuarias de guarderías infantiles, a colectivos que exigen paz y justicia, a periodistas, activistas, políticos y la lista es larga. Espían a personajes o grupos que los incomodan y los equiparan con carteles de la droga. Así como lo leen.
El 29 de septiembre pasado, se dio a conocer el hackeo de un sinfín de información (6 terabytes) almacenada en los servidores de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por el periodo comprendido de 2016 a septiembre de 2022, el ataque cibernético fue perpetrado por un grupo de hackers llamados “Guacamaya”.
Este grupo ha publicado también información en poder del ejército de Chile, El Salvador, Perú y Colombia y describe a estos ataques como una forma de resistencia exigiendo un alto a la explotación minera, la contaminación y el afán de dominio.
Como ejemplos de los datos obtenidos mediante este hackeo se encuentran contratos relacionados con la construcción del Tren Maya y el Aeropuerto de Tulum; diagnósticos de enfermedades de López Obrador (hospitalizaciones de emergencia y afectaciones cardiacas, entre otros); comunicaciones entre el secretario de la Defensa Nacional y el titular de la Secretaría de la Marina y más.
También fue filtrada información relacionada con la utilización del software Pegasus durante la actual administración para espiar a periodistas y activistas.
Sobre este último punto debemos recordar que durante este sexenio, el titular del Ejecutivo Federal, en medio de la peor ola de violencia hacia periodistas, no se ha cansado de atacar a diversos medios de comunicación, constantemente los llama corruptos y los acusa de tener una cobertura injusta. También ha aseverado que su gobierno no espía a periodistas ni a nadie.
Mentiras y más mentiras del personaje pues es claro que el espionaje en México es un hecho real.
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Estas acciones comprueban las violaciones sistemáticas a los derechos humanos por parte del gobierno de México a periodistas y activistas quienes se encuentran en una situación de vulnerabilidad al ejercer su profesión. El gobierno quiere tener el control total.
Al respecto, la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) advirtió que el espionaje del Ejército Mexicano a periodistas y activistas constituye “actos graves de intrusión, violatorios de derechos humanos y socavan la confianza de la población en las instituciones del Estado” por lo que exigimos al gobierno federal una explicación sobre estas acciones ilícitas llevadas a cabo durante la actual administración.
El espionaje se traduce en acciones que demuestran la intolerancia por parte del grupo en el poder a las distintas opiniones y puntos de vista, revelan la intransigencia por parte del gobierno hacia la libertad de expresión y la libre manifestación de las ideas. Lo reitero una vez más, López Obrador es un destructor de la democracia y de las libertades. Al tiempo…