Nos gustaría decir que sí pero la realidad nos arroja otros datos. Debemos recalcar por encima de todo que cualquier beneficio en favor de las y los trabajadores es plausible y necesario, ya que las condiciones laborales en nuestro país se han estancado durante décadas y eso ha precarizado la prestación de un trabajo dignamente remunerado, por lo que estos aumentos porcentualmente significativos redirigen los esfuerzos para tener una clase trabajadora más cuidada.
Por otro lado, vivimos una inflación desmedida provocada por malas decisiones en el ámbito económico y ello si en algo impacta, es directamente en el salario mínimo porque no corresponde su aumento real con la enorme inflación que se ha vivido este año y que no tiene comparación, por lo menos, en los últimos 25 años.
Más allá de lo que se pueda hacer con el salario mínimo, considerando incluso que el número de personas que lo perciben es marginal, es contar con trabajos dignos en todos los sentidos.
Si bien se habla cada vez que se puede en los discursos de creación de empleos, es momento de revisar qué tipo de oportunidades laborales son las que se crean: sin prestaciones sociales, con sueldos más bajos que antes de la pandemia, con condiciones de horarios y trato indignos, entre otras muchas falencias.
Desde luego que la dignificación del trabajo en México implica más que a los gobiernos, ya que la fuerza empresarial debe apuntar a crear más y mejores empleos en el que el trato y la forma de desarrollar los mismos permitan a las personas vivir con dignidad y con un balance entre su vida personal y la vida profesional.
Sin embargo, el papel del gobierno es fundamental, ya que con una economía estable, con espacios seguros, con gobernabilidad que atraiga inversión extranjera fuerte y permanente, logrará que abunden este tipo de empleos.
Pero si, por el contrario, la pugna contra quienes generan empleos y los obstáculos burocráticos y legales los aleja, seguiremos viviendo una precarización laboral a la que ni el aumento del 100 por ciento del salario le servirá para tener un pueblo de México (que ha demostrado ser trabajador) con un vida digna.
No podemos olvidar qué el salario es el ingreso principal de la mayoría de la población y ese sueldo es lo que saca a la gente de la línea de pobreza, situación qué se ha agravado al grado de que muchas de las personas que formaban parte de la clase media han descendido a niveles de pobreza por esa razón.