Gran polémica se ha desatado la última semana por la revelación del probable plagio de la tesis de licenciatura de la ministra Yasmín Esquivel, quién además aspira a presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación tras concluir el periodo del ministro Arturo Zaldívar.
Esta presunta falta resultaría muy sensible por tratarse de un cargo de altísima relevancia para la vida pública del país y de ser la ministra quien se podría encargar de presidir el más alto tribunal constitucional de nuestro país.
Esta situación se ha vuelto un juego más de dimes y diretes entre el oficialismo en la oposición, en donde se ha perdido el foco del asunto y se ha convertido una vez más en un golpeteo político ya sea a favor o en contra. Incluso el presidente de la república ha desestimado cualquier falta que pudiera confirmarse y ha acusado a la oposición de querer menoscabar a su movimiento a través de estas acusaciones. Hay que tener muy en cuenta cuál es el mensaje más allá de quien sea que lo diga.
La gravedad del asunto es que trastoca la credibilidad de muchas instituciones de alto prestigio en nuestro país, en primer lugar, la de la Universidad Nacional Autónoma de México, nuestra máxima casa de estudios, al no verificar minuciosamente estos documentos y permitir la titulación de más de una persona con documentos tan similares, pone en duda su calidad como casa de estudios y su riguroso actuar al entregar cédulas profesionales a sus egresados.
En segundo lugar, pone en duda el camino para llegar a un cargo de alta relevancia, ya que, de confirmarse el plagio, la ministra Esquivel habría transitado hacia el cargo más relevante del poder judicial sin haber pasado por un escrutinio institucional que la prensa tuvo que llevar a cabo en vísperas de la elección del nuevo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Es importante revisar el proceso de selección de los perfiles propuestos para estos cargos y llevar este proceso con mayor seriedad.
En tercer lugar, el prestigio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se ve lastimado, aun no sabemos el alcance de esta acusación y de ser cierto, la silla no estaría ocupada por alguien distinguido por su honorabilidad, competencia y antecedentes profesionales impecables en el ejercicio de la actividad jurídica como lo establece el artículo 95 de nuestra constitución. Las decisiones constitucionales más importantes de nuestro país.
Hasta el momento no se ha presentado ningún argumento convincente para negar el supuesto plagio, todo lo contrario, cada vez quedan más dudas que certezas. Esta situación debe ser analizada profundamente por la UNAM y se deberán tomar decisiones que protejan a la impartición de justicia en nuestro país. Esta acusación mancha el actuar de la ministra Esquivel y por lo tanto de la Suprema Corte de Justicia de la Nación hasta que no se demuestre tajantemente su inocencia.