Hoy más que nunca las instituciones públicas, entes gubernamentales y especialmente órganos autónomos, requieren garantías para operar con estricta independencia. No solo eso, también precisan contar con una estructura completa y fortalecida.
Por ello, un tema que debe ganar relevancia en la agenda pública es el de los nombramientos que están por definirse en ambas Cámaras del Congreso.
En la Cámara de Diputados inicia el procedimiento para designar a los nuevos consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), mientras en el Senado -a la fecha que un servidor escribe la presente columna- hay cerca de 160 nombramientos pendientes, algunos de los cuales han estado en el rezago desde el año pasado.
Actualmente, hay organismos que están operando sin contar con todos sus integrantes. El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (INAI) es claro ejemplo de ello. Seguimos en espera de la designación de dos comisionados, a pesar de que ya existe un dictamen de evaluación con los mejores perfiles.
Han trascurrido más de 300 días en los que el INAI ejerce sus facultades con un Pleno “a medias”.
No es cosa menor. En ambos casos se trata de nombramientos de gran responsabilidad, designaciones de hombres y mujeres que integrarán organismos constitucionalmente autónomos, los cuáles fortalecen nuestra democracia.
Como ciudadanos debemos exigir que las designaciones pendientes por fin dejen de estarlo, sin cuotas ni cuates, como bien lo reclama la sociedad civil. Necesitamos perfiles con independencia y con la experiencia que demandan las vacantes a ocupar.
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Concretamente en el INE debemos estar muy atentos para que no haya tropiezos en el mecanismo de selección de los cuatro consejeros que están por culminar su encargo el próximo cuatro de abril.
Y digo esto porque en el pasado proceso de designación de consejeros electorales de 2020 hubo un integrante que no debió de haber conformado el Comité Técnico de Evaluación por su cercanía y clara intervención con el oficialismo. Esto es importante porque es precisamente el Comité Técnico de Evaluación quien propone las quintetas que posteriormente votaría la Cámara de Diputados.
Es decir, desde el jurado que palomearía a los perfiles que habrían de ser votados, hubo parcialidades y debemos de evitar que ello se repita en esta ocasión con los mecanismos de parlamento abierto y ejerciendo nuestro derecho a la información de todo el proceso de designación, más aún porque no se trata nada más de cuatro consejeros, entre ellos, uno habrá de ocupar la Presidencia del INE.
Seguro estoy de que, por parte de la bancada naranja en la Cámara de Diputados, así como de diversos legisladores de oposición, habrá un análisis minucioso de estos temas. Serán días trascendentales, vienen decisiones de las que no podemos quedar ajenos.