En 2017, la perrita de la Marina llamada Frida adquirió fama nacional e internacional por su labor como rescatista en los escombros del terremoto del 19 de septiembre, convirtiéndose en una imagen que demostró la solidaridad, la unión y la cooperación de los capitalinos durante los trabajos de rescate. Baco y Gala también son perros de rescate que trabajaron en las explosiones de la torre de Pemex en 2013, en el hospital de Cuajimalpa en 2014, en el terremoto de 2017 y en en el deslave del cerro del Chiquihuite en 2021. Así como ellos hay muchos perros más.
Recientemente, un equipo integrado por 16 perros de rescate de México fue enviado con elementos de la Marina y el Ejército para llevar a cabo labores de salvamento en las zonas devastadas por los terremotos en Turquía y Siria.
Es por este motivo que el día de hoy quiero hacer visible la labor tan impresionante de estos animales quienes sin descanso y con una gran valentía arriesgan sus vidas para salvar a las personas víctimas de los desastres.
La historia de los perros de búsqueda y rescate se remonta a casi 20 mil años atrás, gracias a la domesticación de estos ejemplares y su increíble olfato que es entre 10 mil y 100 mil veces mejor que el de los humanos por lo que tienen la capacidad de detectar cuerpos con o sin vida debajo de los escombros en los que entran para llevar a cabo su misión.
Su excelente olfato, en conjunto con sus habilidades de rastreo, lealtad, entrenamiento, resistencia y su anatomía, los convierte en los mejores elementos de salvación.
El registro histórico más antiguo que se conoce es del siglo XVII y se refiere a perros que trabajaban en las montañas suizas. Barry fue uno de los primeros perros de rescate, salvó a más de 40 personas siendo el más famoso de sus rescates el de un niño que encontró dormido en una cueva de hielo y al que calentó a base de lengüetazos.
El trabajo de búsqueda y rescate es una experiencia agradable y reconfortante para los perros además de ser un desafío físico y mental que sobre todo les genera alegría.
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El entrenamiento puede durar hasta dos años y los prepara para su trabajo sin importar el clima, la temperatura, el tipo de terreno o la hora del día. Es divertido y siempre está motivado por el amor a sus manejadores y a las personas.
Entre las características que debe de tener un perro de búsqueda y rescate se encuentran las de ser inteligente, seguro, debe tener capacidad de concentración, un gran oído y obedecer al guía, además de tener una gran habilidad para el juego en particular a la pelota para estar dispuesto a buscarla durante mucho tiempo sin perder la paciencia.
La tarea de estos animales es de muchísima importancia pues trabajan en lugares en los que el uso de maquinaria pesada pondría en riesgo a los sobrevivientes. Los perros están entrenados para olfatear a los humanos y alertar a sus cuidadores ladrando y arañando el suelo donde el olor es más fuerte, los perros jamás se rinden.
Finalmente, no puedo dejar de mencionar que a pesar de la importancia del trabajo que los perros de búsqueda y rescate mexicanos han llevado, llevan y llevarán a cabo tanto en México como en el extranjero, el gobierno morenista ha decidido reducir el presupuesto para su alimentación lo que sin duda alguna pone en riesgo su salud, esto sin contar la escasez de veterinarios para atender a un gran número de animales.
No son máquinas, son seres vivos con un desgaste físico tremendo y una tarea excepcional quienes también tristemente están resultando víctimas del inquilino de Palacio. Al tiempo…