Con la finalidad de buscar la igualdad y la no discriminación de la mujeres, en 1975, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), promulgó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. Este año, el tema del 8M será: “Por un mundo digital inclusivo Innovación y Tecnología para la Igualdad de Género”.
Esto con la finalidad de reconocer a las mujeres y las niñas así como a las organizaciones de mujeres que están luchando por el avance de la tecnología transformadora y por el acceso a la educación digital. A través de este tema se busca, entre otros aspectos, explorar los efectos de la brecha digital de género.
Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ofrecen muchísimas ventajas, esto es mayor acceso a la información, reducción de costos en el sector laboral y mayor conectividad entre las personas. Sin embargo, la digitalización se está dando a diferentes velocidades y formas en el mundo ocasionando un desequilibrio al que se denomina brecha digital.
Reflejo de este fenómeno es el hecho de que cuatro mil millones de personas en el planeta viven sin acceso a internet. La desigualdad de género también se refleja en este sentido provocando lo que se conoce como brecha digital de género es decir la menor posibilidad que tienen las mujeres con respecto a los hombres en el acceso a este tipo de educación, información, y al conocimiento de las TIC y se da en todas las sociedades actuales.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), situaciones como la zona geográfica, la económica, el acceso a la educación y la lengua influyen de manera directa en la brecha digital de género.
Por otra parte, los diferentes usos que hacen hombres y mujeres de Internet o los estereotipos existentes sobre las profesiones digitales y técnicas, hacen que las mujeres nos encontremos cada vez más alejadas de la igualdad en las TIC y no al revés, como debería de ser.
Como consecuencia, surgen desventajas para las mujeres en el acceso a las formaciones y carreras tecnológicas y, por lo tanto, existen desigualdades de género en los sectores de empleo vinculados a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Injustamente, las mujeres hemos sido excluidas de la ciencia, la creación, el diseño y el uso de la tecnología.
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La brecha de género en las carreras informáticas ha aumentado en el transcurso de los años limitando el desarrollo personal y profesional de las mujeres. En las áreas de tecnología y ciencia menos del 20% de mujeres tienen roles de liderazgo.
La sociedad y las autoridades tenemos mucho trabajo por hacer y acciones que emprender para eliminar la brecha digital de género.
Debemos empezar por arrancar de raíz los roles de género y estereotipos, llevar a cabo acciones administrativas y legislativas para que las TIC, internet y las nuevas tecnologías lleguen al mayor número de hogares posible, impulsar la alfabetización digital, fomentar una conciencia social a través de la donación de equipos a los países que lo necesiten y hacer visible la importancia del papel de la mujer en la tecnología.
Los cambios provocados por las TIC y los beneficios que pueden originar están afectados por las desigualdades entre mujeres y hombres, por lo que es necesario continuar abriendo nuevos horizontes donde quepan las expectativas de las mujeres en el mundo de las nuevas tecnologías. Al tiempo…