Opinión

¿El dinero es malo?

Billetes mexicanos. Foto: Dreamstime.
Foto: Dreamstime.

¿Cómo trata usted al dinero? ¿Le habla bien, habla bien de este, se refiere a ello como algo bondadoso, benéfico y benevolente o todo lo contrario? ¿Le trata como algo despreciable, aunque necesario? ¿Qué sensaciones o sentimientos despierta en usted tener o no tener dinero? ¿Qué concepto le merece?

¿Tiene resentimiento hacia el dinero porque cree que echó a perder a personas amadas para usted? ¿Alguna vez le dedica una reflexión? Aunque estas preguntas le parezcan triviales por tratarse del dinero, realmente no lo son.

Abrazar la creencia de que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios nos permite volvernos receptivos a la abundancia del Universo.

El dinero realmente lo que representa es una energía, o varias energías, entre ellas la energía de la incesante, constante e infinita abundancia.

Si lo vemos a fondo, llegaremos finalmente a comprender que el dinero es un símbolo que viene de la misma fuente de todo lo que Es, de la fuente infalible y permanente de todo lo creado, lo que se está creando y de lo que se creará.

Aunque usted exclame o asegure que desea mucho dinero, hacerse las preguntas con respecto a lo que sostenemos y creemos sobre este, puede revelarle grandes sorpresas. Por muchísimos años, siglos, se han infundido ideas muy perversas acerca de la riqueza, de la cual el dinero forma parte.

Esto ha dañado profundamente la psique humana hasta grados en los que las creencias de escasez, de control justificado, de no merecimiento, de culpa, de vergüenza, se han convertido en una gran forma de manipulación.

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Pero realmente la riqueza es parte de nuestra naturaleza, nosotros como humanos estamos aquí justamente por la riqueza de la vida.

El dinero forma parte de la riqueza y dependiendo del significado que cada uno le otorgue, será el tipo de relación que mantengamos con el dinero.

Es lógico pensar que si aún tenemos creencias de que el dinero por sí mismo es malo, o que hace que la gente se vuelva mala, o de que sólo la escasez sostiene a la bondad, o de que no se puede tener si no sacrificamos otras cosas que comprometan nuestra integridad, como por ejemplo la salud, y múltiples ideas del estilo, estas nos generen un choque interno con el cual decimos que sí queremos dinero pero al mismo tiempo, no lo queremos.

Es muy importante que comencemos por evaluar todos estos conceptos básicos con respecto a las finanzas, al dinero y a la generación de riqueza, que podemos modificar para que nuestra realidad cambie drásticamente.

Ser una buena persona no depende de tener o no dinero, y tampoco por su riqueza dejará de ser buena persona.

Pregúntese a quién le conviene que usted mantenga estas ideas, desde su entorno inmediato hasta un contexto más grande, y suéltelas como algo que no es suyo.

Abra su mente para que se genere el espacio a nuevas formas de concebir y de relacionarse con el mundo material, y específicamente, con la energía del dinero.

Siéntase a gusto, familiarizado y cómodo con la idea de generar bienes materiales, de alinearse a la provisión infinita, de desear cosas, y al mismo tiempo ser una persona de principios y con valores universales, que genera y multiplica también el dinero para los demás.

Evite la palabra condicionante “si” cuando hable con referencia al dinero, no diga, “si” tengo dinero trabajo mucho, o “si” tengo pierdo amistades, y en fin.

Rompa con las viejas maneras de pensar con respecto a este, y, como primer gran paso, permítase recibir a manos llenas la energía del dinero, sin sentirse culpable.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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