Hace casi un mes, Morena y las “corcholatas” de López Obrador, iniciaron una ilegal campaña para promoverse por todo el país. Han derrochado el dinero de los impuestos de los mexicanos en espectaculares, lonas, bardas y hasta movilizadores para llenar sus eventos.
Los aspirantes de Morena a la presidencia de la República se excusan diciendo que ellos no han pagado por el grotesco despliegue de espectaculares, pero la realidad es que deben aclararle al pueblo de México de dónde proviene tanto dinero, si es por un desfalco al erario o si la delincuencia organizada lo está pagando. Pero ni con todos los recursos que han tirado, levantan. En las encuestas van cada día más abajo y han perdido credibilidad.
Incluso entre ellos, exhiben el desorden que existe en su partido y la falta de piso parejo. Es claro que López Obrador tiene a sus favoritos y todo el desvío de recursos públicos es para promover a los que él ya ha señalado.
Cuando fueron servidores públicos abandonaron sus responsabilidades y prefirieron hacer una ilegal precampaña. Hoy, lo siguen haciendo.
A diferencia de Morena, el Frente Amplio por México ha propuesto un método democrático en el que entran los ciudadanos y los partidos políticos. En donde se escuchan todas las voces y donde se busca un mejor país.
La pluralidad de visiones, de perfiles y de corrientes partidistas, ha tenido una buena aceptación en todo México.
Sin duda, el Frente Amplio ha demostrado ser una oposición firme, con una ruta clara para llevar a nuestro país a buen puerto, así como para detener el populismo y generar un gobierno que sí le dé resultados al pueblo de México.