Una pieza fundamental en nuestra construcción para ser personas exitosas y brillantes en lo que hacemos, es el Carácter. La definición del diccionario dice que el carácter es el “conjunto de cualidades o circunstancias propias de una cosa, de una persona o de una colectividad, que las distingue de las demás por su modo de ser u obrar”.
Por su etimología, la palabra carácter viene de la raíz grabar, o el que marca, el que deja huella. El carácter se diferencia de la personalidad en que el carácter adquiere una atribución positiva al tratarse de cualidades. El carácter se basa más en las virtudes del espíritu, y la personalidad en las características de lo que nos han enseñado, de lo que hemos aprendido y, hasta cierto punto, en aquello que nos condiciona a construir un personaje para sobrevivir.
Es el carácter y no la personalidad el que impacta y deja marcado en los demás lo único de nuestra presencia, y es prácticamente imposible que alcancemos nuestras metas y logremos nuestros propósitos si carecemos del carácter para hacerlo. La decisión, la determinación, la claridad, la definición, la responsabilidad, la certeza, la aspiración, la disciplina, el optimismo, la fe, la integridad, la honestidad, la perseverancia, la consistencia, la discreción, la flexibilidad, la bondad, la ética, la estética y la higiene, la paz interna, el coraje, la independencia, la soberanía, la generosidad, entre otras, son cualidades del Carácter con las que se nace pero, sin duda, que también se edifican a lo largo de la vida.
Un carácter débil se compone justo de lo opuesto. Cuando somos personas indefinidas, dudosas, dubitativas, falsas, inconstantes, inconsistentes, dispersas, inflexibles, deshonestas, vulgares, viciosas, descuidadas, sucias, flojas, dependientes, comodinas, supersticiosas, corrompemos el carácter y con esto nuestra capacidad para alcanzar lo que deseamos.
Cuando somos adultos tenemos la capacidad de elegir qué cultivar en nosotros y así, qué carácter nos forjaremos. Pero es prácticamente imposible llegar lejos en cualquier ámbito de la vida con falta de carácter. Si usted se ha propuesto metas para lograr sus sueños y los ve todos los días lejos en el horizonte, sepa que el puente para llegar a ellos se llama CARÁCTER. No es ningún hechizo, tampoco la generación espontánea, ni los golpes de suerte, sino su carácter lo que hará el mayor trabajo.
Puede encomendarse, creer en la magia, en las bendiciones y tener fe, que es muy diferente, pero realmente son las capacidades desarrolladas en su carácter las que moverán las montañas. Estamos muy acostumbrados a movernos desde el victimismo y culpar a los demás, a las circunstancias, a nuestros males y traumas, y poder justificar con todo esto nuestro fracaso y falta de constancia, pero siempre que se quiera, hay una salida y antídoto a este mal.
Si usted tiene defectos o pocas virtudes en relación a su carácter, comience a reconocerlos y a trabajarlos, ya que este es el único comienzo para un verdadero cambio en su vida y en los resultados que desee desde la responsabilidad consigo mismo y desde el compromiso real con su destino.