Luces azules, música relajante, barreras a la altura del pecho, puertas de acceso al andén con apertura hasta el alto total del tren, capacitación a conductores y guardias, acercamiento de los Primeros Auxilios Psicológicos forman parte de las estrategias en el mundo para evitar los suicidios en el Metro.
Este tipo de muertes se ha convertido en un tema de salud pública, y aunque México no es considerado un país suicida —su tasa por cada 100 mil habitantes es de 6 en comparación con Japón o Estados Unidos donde son 15.4 y 14.1—, se desarrollan estrategias de atención ante riesgo suicida.
En las estaciones San Cosme, Viveros y Barranca del Muerto del Sistema de Transporte Colectivo se presentaron la semana pasada dos suicidios y una tentativa. Estos trágicos incidentes resaltan la importancia de establecer protocolos para la identificación de riesgos, así como el uso de tecnologías como factor disuasivo.
La prevención es vital para proteger a quienes lo intentan, a los conductores y pasajeros. El programa del SCT, Salvando Vidas, permite a personal del Metro y policías de la SSC asignados a las estaciones identificar a personas en riesgo; este año suman 88 intervenciones exitosas.
Desde el Consejo Ciudadano de la CDMX apoyamos con contención emocional y participamos en los módulos “Cuencos Emocionales” de la estación Constitución de 1917, modelados desde la alcaldía Iztapalapa.
Ciudades como Bangkok, París o Singapur en el Metro tienen sistemas de puertas correderas independientes, que se abren solo cuando el tren deja de moverse.
En Tokio, en la línea de Yamanote instalaron luces LED azules para favorecer la relajación y en la de Shin-Koiwa colocaron paneles de colores en el techo para filtrar la luz solar; además, para 2032 prevén contar con barreras a la altura del pecho en 243 estaciones.
Estrategias de prevención útiles para hacer del Metro el tren de la vida.