Indudablemente, el tema de la inseguridad en nuestro país es un problema que ha ido creciendo en las últimas décadas (más de 125 mil homicidios en este sexenio) y, por ende, es un tema muy complejo de resolver, que involucra tanto al gobierno como a la sociedad.
Los hechos que se han suscitado en relación con los secuestros y asesinatos de jóvenes en distintas entidades federativas, son lamentables desde cualquier punto de vista, implican a las víctimas, a sus familias y a sus padres, es indignante.
En este sexenio se han hecho esfuerzos importantes para garantizar el derecho humano y fundamental de seguridad pública que tenemos todas las personas; en el Congreso de la Unión creamos la Guardia Nacional (2019) encargada, precisamente, de proteger la seguridad de las y los mexicanos.
A nivel federal, de entidades federativas y municipios, salvaguardando la integridad y derechos de ciudadanía, preservar libertades, el orden y la paz públicos, prevención de delitos, sanciones de infracciones administrativas, investigación y persecución de delitos; sin embargo, no han sido suficientes.
La inseguridad que vivimos en México, que, desde luego, implica los secuestros y asesinatos que nos ocupan, lo he dicho en otros espacios, no se trata únicamente de tener los mejores cuerpos de seguridad, de investigación de los delitos, servicios de inteligencia, sistemas penitenciarios y de reinserción social.
La reducción del número de la comisión de delitos, es un tema integral y estructural, la educación, la prevención y el dotar de mejores oportunidades y condiciones de vida a la gente, son los rubros en los que se debe trabajar de manera considerable e importante, de invertir el mayor número de recursos económicos y humanos posible, las generaciones presentes y futuras deben ser educadas con base en la cultura de la legalidad, debemos ser mejores personas y ciudadanos.