Para leer con: “Everybody Knows”, de Leonard Cohen.
Los diccionarios mienten: no saben adaptarse a la celebración del tiempo en un momento en el que es imposible hacer una lectura lineal de la realidad.
Por eso, y como cada día es una oportunidad para jugar a ser tener la razón por encima de todos, salvemos la dignidad de un país replanteando significados y tendencias.
Imposición – Realidad que dealta cualquier encuesta electoral al casualmente embonar con las intenciones de arriba.
Estrategia - Vulgar treta política que se usa para desviar la atención pública de los temas que distanciarían a los funcionarios de los ciudadanos (y sus votos). Esquema para evitar dar cualquier tipo de cuentas. Engaño orquestado y planificado mediante el cual se disimula su efecto con rostro sorprendido y actuación perfecta: funciona mejor si le echa la culpa quien se le ocurra en ese momento: a los antecesores, a los adversarios, a los neoliberales o a quien suene a extraño enemigo sin importar la fractura en el país que eso pueda acarrear. Inspiración tomada a partir de una táctica militar en la que se usa humo para impedir que el enemigo tenga visibilidad, incluso de sus propios pasos.
Descalificación – Señal de desesperación y bajísimo nivel de interlocución para solo quedar la opción del insulto fácil y la descalificación. Un elemento más en el arsenal para distraer a la gente, si es efectivo. deberá usarse todo lo posible cuando un gobierno ha sido todo, menos eficaz.
Lema - Ingeniosa construcción de palabras en una campaña que buscará ser repetida por la borregada y hasta por la competencia. #EsNeta
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Narrativa - Historia que, por decirse en voz alta y de manera convencida, ha de creerse ciegamente, por absurda que resulte.
Pueblo sabio - El que está dispuesto a creer y defender la narrativa.
Mafia - Espejo de la representación teatral que ha proyectado solo.
Autocrítica – Misterio que por decreto, deberá seguir inexplorado.
Palero – Espontáneo por dinero que avienta al WC su reputación, al camuflarse como periodista, político, jurista o candidato a posición de elección popular a sabiendas que su opinión valdrá nada a cambio de rendir pleitesía, apoyar las cortinas de humo, hacer sonar el bombo y el platillo y recibir dádivas que ni en tiempos de Obama.
Víctima – Papel favorito del ego, perfecto para quien manotea en su fiesta porque todo ha de tratarse de él.
Poder - Embriagante y alucinógeno capaz de dictar la dirección de las decisiones de alguien tan pequeño como para ignorar las consecuencias de actos estúpidos.
Dinero - Compañía ideal del poder para convencer aquellos casos en los que pudiera llegar a remorder la conciencia.
Pueblo bueno – Una de dos: beneficiarios directos del erario público esotçericamente dispuesto en despensas, becas, embajadas o dádivas firmadas por la pluma de hasta arriba, o incautos que piensan que dividiendo al país se corrige el pasado sin cuestionar los efectos de esta división.
Elector – Única prioridad para el mandatario en su palacio, quien ventila y propaga información cuando los resultados de los electores coinciden con su conveniencia. De haber contrasentido, su dedito lo decide todo. Así sea en una votación metodológicamente dispuesta a mano alzada.