En la tarde del 8 de septiembre del año pasado nos enteramos del lamentable fallecimiento de uno de los líderes del rock latinoamericano, vocalista de una de las bandas más importantes de Argentina: Marciano Cantero, cantante de los Enanitos Verdes. Una noticia que nos cimbró a todos ya que Marciano era casi mexicano, vivió en Hermosillo mucho tiempo e hizo de este país, su casa.
Hablar de Enanitos Verdes es hablar de rock en español. Una banda que surgió en Mendoza, Argentina, cuando tres amigos decidieron que los coros de la iglesia no eran lo suyo y decidieron, como muchos otros, formar su banda de rock. Marciano, Daniel Picolo y Felipe Staiti se iban presentando en bares locales hasta que decidieron dar el salto a Buenos Aires para encontrar mejores oportunidades.
En México los conocimos por aquellas viejas recopilaciones que venían en cassette o en vinil llamadas “Rock en tu idioma”. Entre grupos como Soda Stereo y consagrados como Charly García, se asomaban canciones de los Enanitos como “La Muralla Verde” o “El Extraño del Pelo Largo”. Son muchos, muchos años de eso: de hecho como anécdota personal, el primer evento que organicé yo fue allá en Guadalajara a principios de los 90 fue en el estacionamiento de un restaurante y donde estaban ellos. Me hice fan de inmediato y así se lo hice saber a Felipe, quien ahora dirige a la banda argentina.
“Mi relación con Marciano nació en la música y vivió en la música”, me dijo Felipe “obviamente el compañero de tantos años ya no está, la vida se lo llevó. Y entonces lo que queda es acomodar un poco las fichas, barajar de nuevo. Es difícil un duelo, todos los que hemos tenido pérdidas profundas ocupan un lugar muy especial en mi corazón y en la mente. Pero también aprendí que no hay que vivir en el duelo, porque siempre decíamos que la música salva. A veces llegábamos con los problemas de la vida diaria y después de los conciertos te sentías curado”.
Felipe define esta etapa como “un barrilete saliendo de una tempestad”. Su objetivo ahora es mantener a la banda a flote, aunque el cariño del público nunca ha disminuido: se presentarán en diferentes festivales y en solitario el día 29 de noviembre en la colonia Nápoles. Si se lo preguntaban: él es el que canta la mayoría de las canciones.
“Marciano es irremplazable, pero es lo más honesto que podemos hacer. Antes yo cantaba dos o tres canciones en vivo, ahora canto la mayoría. Tenemos una banda con más personas, un tecladista, un par de coros, entonces la banda está en un nivel más alto musicalmente. Sonoramente es de las versiones más altas de los Enanitos”.
Felipe habla con nostalgia, pero se le ve muy sereno y feliz. Me contaba anécdotas de sus canciones como “Luz de Día” uno de sus grandes éxitos, que se le ocurrió yendo en el metro (y cuyo título se lo debe a una película de Sylvester Stallone). Les deseo toda la suerte del mundo en esta etapa y, aunque nunca olvidaremos al maestro Marciano Cantero, hay que replantearse cómo seguir. Porque como él me dijo: “Porque la mejor manera de festejar la vida… es vivirla”.