De las noticias que más trascendieron, fue, sin duda, la relacionada con el Estado de Nuevo León, ante la licencia solicitada por Samuel García para contender como candidato por la presidencia de la república, y la persona que debía quedarse al frente como gobernador interino, lo cual, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, resolvió, vía suspensión, que el gobernador interino recae en la persona que el Congreso Local designó.
Luego, ante la “reasunción” en el cargo de Gobernador Constitucional, hoy se discute si tal acto jurídico debe autorizarlo el Congreso Local, y en este caso, hasta en tanto esto no suceda se sigue considerando como gobernador interino al designado por el Congreso.
Técnicamente, es un tema complejo, y existen un sinfín de opiniones, sin embargo, tengo confianza en que en estos días se estará dilucidando dicho “galimatías” y se transite al respecto estricto de la Constitución Federal y de la Constitución del Estado de Nuevo León, pues, finalmente, estimo que será el máximo tribunal quien lo decida.
De las consecuencias políticas que deja este caso, es, por una parte, que Samuel García ya no será candidato a la presidencia de la República por Movimiento Ciudadano y, por otra parte, que éste, pierda votos en las elecciones de 2024, sea quien sea la o el candidato ante la pérdida de credibilidad; también puede suceder que se alíe a una candidata ya definida.
Siendo objetivos, no tendría que afectar o mover el “tablero”, puesto que la crisis de gobernabilidad que se vive en el Estado de Nuevo León, implica únicamente a dicha entidad federativa, mientras que las restantes 31 quedan a salvo, toda proporción guardada con el padrón electoral que es de más de 95 millones de electoras y electores, quienes decidirán la siguiente presidenta de México.