México es el país sin guerra donde más se matan a los periodistas y que se hagan públicos sus datos personales, es altamente preocupante, sobre todo, porque en distintas ocasiones desde el micrófono presidencial se les ha estigmatizado, vulnerado y violentado. Más de 60 periodistas han sido asesinados durante la administración del presidente López Obrador, siendo uno de los sexenios más letales para este gremio.
Es inadmisible que se le atribuya a un supuesto “hackeo” estos hechos que ponen en riesgo la seguridad, la intimidad y la dignidad de quienes cubren las mañaneras del presidente, así como de sus familias.
Estamos hablando de la Presidencia de la República y si no existen protocolos eficientes en el manejo de los datos de los periodistas, qué se espera de los datos que recaban a través de los programas sociales. Los mexicanos se encuentran en un peligro constante ante este gobierno violador de derechos humanos.
Desviar la atención como lo hizo ayer en su conferencia el presidente López Obrador, sólo demuestra su rostro más ruin, donde no le importa la seguridad de quienes asisten a sus conferencias, sólo ha utilizado el tema para descalificar a quienes no piensan igual a él.
Morena y el presidente López Obrador quieren destruir al INAI porque no entienden la trascendencia de garantizar el derecho a la protección de los datos personales. Como entes gubernamentales, están obligados a rendir cuentas y a determinar quién fue la persona responsable de esta filtración. La omisión de la Presidencia de la República para esclarecer estos hechos denota su negligencia y complicidad para revelar los datos de los periodistas.
Ante esta filtración, se demuestra la importancia que tiene el INAI y la necesidad de satisfacer los protocolos de protección de datos personales. Se deben tomar medidas urgentes para evitar que esto vuelva a suceder.