Ya con la constancia de mayoría que la acredita como la próxima presidenta de la República, aquella tarde del 15 de agosto, Claudia Sheinbaum Pardo enunció en su poderoso discurso todos los logros del presidente Andrés Manuel López Obrador, la numerosa lista de programas y obras emprendidas por el gobierno que está por terminar, y remató preguntando:¿¡hay transformación o no hay transformación!?
“¡Claro que hay transformación!”, respondimos al unísono legisladores y gobernadores en funciones y electos, gobernadores, secretarios de Estado, cientos de simpatizantes, así como miembros de su gabinete al celebrar con ella “la victoria del pueblo”.
Resonaba el grito de “¡la primera, la primera, presidenta, presidenta”. En la primera fila se sentó su gabinete. Ahí estuvieron también los actuales Secretarios de la Defensa Nacional y de Marina, y el esposo de la exjefa de Gobierno, Jesús María Tarriba. La segunda fila fue ocupada por todos los mandatarios locales en funciones y electos de Morena.
En su primer discurso como Presidenta electa, después de 65 presidentes hombres, Claudia Sheinbaum aprovechó los momentos tanto en la sede del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) como en el teatro Metropolitan para destacar que “es tiempo de mujeres” y llamó a decirle presidenta “con A” para nombrar lo que ahora existe.
“Es la primera vez en 200 años de la República que recibe el reconocimiento de presidenta electa una mujer presidenta, con ‘A’. Como lo he dicho, no lo asumo sólo como un triunfo individual, o como esfuerzo personal, el día de hoy, marcado ya en la historia de México, no llego sola, llegamos todas”, dijo.
Se comprometió a trabajar por todas las mexicanas, en particular las más vulnerables y recordó la lucha de las “heroínas tanto visibles, como los millones de mujeres invisibles de generaciones y generaciones que han hecho posible que consigamos este alto reconocimiento”.
Explicó que fueron dos los mandatos del pueblo de México en las pasadas elecciones del 2 de junio. El primero, que siga la transformación del país, y el segundo: “que es tiempo de mujeres”.
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“La llegada de la primera mujer presidenta no es un triunfo individual, el pueblo de México tomó la decisión de que ahora es tiempo de mujeres porque hoy con nosotras llega Leona Vicario, llega Josefa Ortiz, llegan las chinacas que defendieron a la patria y jugaron un papel importantísimo, también llegan las obreras, llegan Dolores Jiménez y Juana Gutiérrez, precursoras intelectuales, llega Elvia Carrillo Puerto, llegan Sor Juana Inés de la Cruz, Frida Kahlo y Rosario Castellanos.
“Gracias a las mujeres que sacrificaron hasta su vida para llegar a este momento, para que haya presidenta”, agregó.
En cuanto al segundo mandato del pueblo de México para lograr la continuidad del proyecto de transformación en curso, Claudia Sheinbaum remarcó que “la mayoría de las y los ciudadanos no quiere que regrese el gobierno de unos cuantos, la prepotencia o el influyentismo; no quiere que regresen la corrupción ni los privilegios”.
Envío un mensaje a la oposición y a quienes “todavía no saben qué pasó el 2 de junio” y agregó: “la política se hace con amor, no con odio”.
Reiteró que no habrá gobierno rico con pueblo pobre, y se pronunció nuevamente por los principios de austeridad, a los que se suman que no habrá ‘gasolinazos’ pero, sí aumentará el salario mínimo y continuará con los principios de Morena de no robar, no mentir y no traicionar al pueblo.
La reforma al Poder Judicial fue un tema central en su disertación. Ante la constante campaña de desinformación de la oposición destacó que “un verdadero sistema de justicia debe comprender la separación entre el poder económico y el poder de la justicia, sin temer a la democracia”, y reafirmó su palabra de impulsar la elección de ministros, magistrados y jueces conforme al mandato emitido por los ciudadanos en las urnas. Recordó que “la elección de ministros, magistrados y jueces es un mandato popular”.
“A nuestros legisladores les tocará aprobar las reformas enviadas por el presidente” aseguró y también dejó claro a los trabajadores del Poder Judicial que no perderán su empleo, y que sus derechos no se verán afectados con la reforma cuyo único fin es erradicar el nepotismo y la corrupción.
En cuanto a los ideales de la Cuarta Transformación y a su dirigente histórico, la presidenta electa reafirmó su declaración de principios y convicciones al asegurar que nunca criticará al presidente Andrés Manuel López Obrador.
“No voy a marcar diferencia ni criticar al Presidente nunca, primero porque para mí ha sido, es y será un honor estar con Obrador. Fue él quien encabezó la transformación de México, a pesar de las críticas y comentarios de la oposición cargados de misoginia”.
“Andrés Manuel, para mi, es el mejor presidente que haya habido en la historia. No ha habido en la historia de México ningún presidente que haya terminado su mandato con la popularidad, el cariño, el amor que le tiene el pueblo de México a su presidente” apuntó al referirse al presidente más querido de la historia del país.
Respecto a su estrategia de seguridad, aseguró que se garantizarán los avances en la disminución de los delitos de alto impacto y la estrategia será de atención a las causas.
Explicó que impulsará la ciencia, las humanidades, consolidará el internet gratuito y fortalecerá el sistema de cuidados para las mujeres, empezando en Ciudad Juárez. Además, entre sus proyectos está la construcción de más de 6 mil kilómetros de vías para trenes de carga y de pasajeros.
Hizo un paréntesis al sugerir a Morena que convoque a un Congreso Nacional en este mes de septiembre, “para que actualice este nuevo proceso de transformación, nuestros documentos básicos, nuestros estatutos, y que se pueda trazar una ruta clara que separe la labor del partido y la labor del Gobierno en el proceso de transformación”.
Adelantó que, tras la ceremonia de toma de protesta en el Congreso, el próximo martes 1 de octubre, “como siempre habrá festejo en el Zócalo”, y dará a conocer los 100 puntos para continuar con el segundo piso de la Cuarta Transformación.
Garantizó también que se continuará fortaleciendo a Petróleos Mexicanos (Pemex) y a la Comisión Federal de Electricidad, (CFE) y seguirán los programas de bienestar, adultos mayores, personas con discapacidad, becas para la preparatoria, becas para estudiantes, becas para comidas, es decir, todos los programas existentes a lo que se sumarán otras propuestas más.
Habrá tres nuevos programas de bienestar como son el apoyo a las mujeres de 60 a 64 años de edad cuyo censo comenzará en octubre y noviembre, así como una beca universal para niños de educación básica; complementará, además, la pensión de Adultos Mayores con servicios de salud casa por casa, así como un solo sistema de salud pública que atienda a las mexicanas y mexicanos.
También va por la construcción de un millón de viviendas; la construcción de la línea del Tren Interoceánico a Tabasco y Chiapas; consolidar el Tren Maya para que sea de carga y 3 mil kilómetros de trenes, es decir el doble de lo construido hasta el momento.
Fuerte, contundente, clara, ordenada, con un mensaje cargado de valentía, inteligencia, emoción y esperanza, solo hubo un momento de su discurso en que la voz se le quebró, fue al mencionar a su madre, Annie Pardo Cemo, ahí presente, lo cual también habla de su gran empatía y sensibilidad.
Nos espera un gran gobierno, pues el pueblo ha votado mayoritariamente por una nueva etapa del humanismo mexicano con un gobierno honesto, de resultados, con amor a la patria, y con amor al pueblo de México, un gobierno que no reprime, y sí se avecinan -como ella ha dicho- “tiempos estelares para la vida pública de México”.
¡Así será!, viene una decisiva etapa hacia el futuro con una Presidenta que ha participado desde que tenía 15 años en la lucha por la democracia, las libertades, la justicia social y ambiental, los derechos de las mujeres y todas las personas, y ha entrado por la puerta grande en la historia de México para sentarse en la silla del del primero de octubre de 2024 al 30 de septiembre de 2030.