Opinión

Columna Itinerante: Televisaleaks

Una cosa es suponer o saber que algo se sabe, sin poder reconocer mucho el origen preciso

La historia es el acto de entender y comprender el pasado motivado por el presente.

Benedetto Croce

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Una cosa es suponer o saber que algo se sabe, sin poder reconocer mucho el origen preciso de eso que se sabe a cuando eso que hasta un determinado momento era supuesto, es aceptado y declarado. Es un antes y un después. No es lo mismo el saber derivado del “run run” colectivo (si el río suena, agua lleva), porque está en la cultura como elemento casi invisible pero muy arraigado, a cuando sale a la luz información reveladora que compromete no sólo a los participantes sino a un colectivo más amplio, cuando se declara abiertamente sobre un suceso. Una de las consecuencias es que ya no se puede hacer como si no se supiera. Tal es lo sucedido entorno a lo que se ha bautizado —siguiendo la lógica de Julian Assange con Wikileaks o de Edward Snowden, de hacer pública la información de importancia vital para los ciudadanos en lo relativo a las formas de operar del poder, como el espionaje, fabricación de delitos, persecución política, vigilancia ilegal de ciudadanos, etc. — como Televisaleaks: la publicación de los tejes manejes de una de las empresas de la industria de noticias en México, como lo es Televisa, para fabricar información mediante montajes, diseñar tendencias de opinión y, en algunos casos, armar campañas de difamación, sugerir denuncias, así como de las relaciones del poder del dinero del entretenimiento, con la política y, en algunos casos, con el narcotráfico.

Esto ha colocado nuevamente en la lupa social las problemáticas y condiciones del estatuto de verdad en general y de la verdad en la comunicación en particular: qué es verdad y qué no es verdad de aquello que se presenta en la vitrina social a través de empresas que ejercen la comunicación como un negocio. Inclusive el mismo reportaje con el que se ha dado a conocer dicha información no está desprovisto de poseer intereses económicos y de rating. Una especie de sueño a dentro de un sueño, Inception (2010) al más puro estilo de Christopher Nolan. Sin embargo, mucho de lo que puede permitir evaluar, no tanto la veracidad de una cosa que se dice y comunica, sino los efectos, es considerar el contexto de qué se dice, cuándo, dónde, para quién va destinado y, principalmente los efectos esperados y calculados, como aquellos inciertos que se van presentando.

Tipo de verdades

Aristóteles planteó una teoría sobre la verdad donde las palabras y los hechos se tienen que corresponder: será verdad lo que se pueda decir de lo que es y lo que no es no es. Por su parte Nietzsche sostuvo que los hechos, y por lo tanto la verdad, no existen, sino lo que existe son las múltiples —e infinitas—interpretaciones, destacando más un elemento subjetivo del observador o de quienes, por ejemplo, el poder, arman sobre qué es la verdad, como los vencedores o la reinterpretación y apropiación de un hecho histórico por un partido político o colectivo cada uno con ciertos objetivos. Por otro lado, también existe la noción de verdad como verdad científica, es decir, algo que es verdadero porque es sometido a un proceso empírico, que se puede someter a una experimentación y comprobación o descarte, según sea el caso. Así como una verdad más allá de las interpretaciones y del color del cristal con que se mira, que existiría con independencia de lo cognoscible para los humanos o las máquinas, digamos que esa seria, la verdad en sí, en principio, imposible de conocer.


De vuelta al contexto humano de las palabras, las imágenes y lo imposible, en cierto sentido, toda información que se comunica requiere de un montaje: de imágenes articuladas con un guion, en una secuencia para una audiencia de radio, televisión e internet. En ese sentido, siguiendo la lógica de Nietzsche, toda información es una interpretación, una fabricación, algo que se ve —y confecciona—desde y a través de una determinada óptica. Lo que se dice posee un lugar desde donde se dice, una posición, un lugar de enunciación. En ese sentido, ¿cuáles son los diferentes lugares de enunciación de las informaciones que se están presentando y haciendo circular? Y esto, ¿cómo participa y se articula con los diferentes objetivos y quehaceres, tanto de los involucrados como de los destinatarios?

*El autor es psicoanalista, traductor y profesor universitario. Instagram: @camilo_e_ramirez

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