Hoy, la única certeza es que si tengo diez opciones y elijo una, pierdo nueve. Jorge Forbes
Y he aquí que, una vez más, los mexicanos nos encontramos ante una votación para elegir servidores públicos. En esta ocasión la contienda electoral es para decidir a quiénes formarán parte del Poder Judicial, es decir, a quienes impartirán justicia en nuestro país.
Una ardua tarea y por supuesto muy cuestionada ya que contamos con una impartición de justicia lenta y muy diferenciada, con tendencia a la corrupción, al trafico de influencias y al nepotismo.
Algunas personas estarán de acuerdo, otras no tanto, con la modificación a la ley para que se pudiera celebrar esta elección. ¿Acaso será perfecta? Por supuesto que no, ninguna en el mundo lo es y menos en estos tiempos.
Pero lo que sí, es que esta elección inaugura una nueva fase en la vida publica del país. Y eso no es para nada poca cosa.
Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis… y ahora, que escribo esto, pienso en nuestros tiempos y nuestros mundos y me pregunto ¿y quién sería la madre del psicoanálisis?
La mismísima progenitora del profesor Freud, la Señora Amalia Nathansohn o acaso Bertha Pappenheim, rebautizada como Ana O. en la literatura psicoanalítica, o Lou Andreas-Salomé, amiga y mecenas de Freud...En fin, queda esa interrogante para otro momento, retomando el ritmo de ideas, el profesor Freud sostenía que existían tres quehaceres imposibles: gobernar, educar y psicoanalizar.
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Ya que por más que se intente, siempre algo se escapa, algo falla, giran entorno a un real imposible de simbolizar del todo.
Esto hace que las preguntas, qué es gobernar de la mejor manera, qué es educar de la mejor manera y qué es psicoanalizar de la mejor manera, siempre tengan más de una respuesta y sobre todo, en su intento por responder emerjan fracasos sostenidos que, en cierta forma, evidencien que algo (real, castración, imposibilidad…) siempre retorna al mismo lugar y vuelve a comenzar.
En el caso de la política, por ejemplo, dicha imposibilidad se expresa en el pasaje de las siempre flamantes campañas políticas donde prometer no cuesta nada, a las funciones de un servidor público o un gobierno que se ve en la necesidad de administrar la frustración, el duro golpe y descalabrada que se han dado tanto ellos, antes candidatos, ahora funcionarios, como sus votantes y el resto de los ciudadanos, precipitándose desde las alturas de la idealización, donde ellos mismos y sus campañas los encumbraron.
Esto se produce no sólo porque se haya hablado de más durante las campañas, sino porque el objeto de cada acción política es algo que siempre se escapa, no se pude localizar del todo, se pierde en las definiciones, en la retórica y en la acción.
Entonces, es necesario un trabajo permanente, tanto con la definición como con las acciones que le acompañan, y que no decir de sus efectos y consecuencias, no siempre las esperadas.
Pero, que no está siempre eso presente en la vida humana: por ejemplo, cuando nos preguntamos qué es el amor, qué implica amar verdaderamente…que por más que intentemos dar respuestas precisas siempre algo queda sin respuesta, no dicho, como un misterio, un enigma que continúa interpelándonos. En esa misma línea, qué es la justicia, qué es ser juez en el sistema judicial en México, cómo impartir justicia pronta y expedita…
*El autor es psicoanalista, traductor y profesor universitario. Instagram: @camilo_e_ramirez