En esta Era que vivimos, la manifestación ya no es un acto abstracto reservado a unos cuantos sabios o místicos. Hoy, lo que usted siente, sueña, anhela profundamente desde su corazón tiene el potencial real de materializarse en el mundo tangible, en eso que llamamos realidad tridimensional.
Algo maravilloso de estar vivos ahora es la convergencia de conocimiento, conciencia y tecnología. Es el gran cambio de paradigmas que nos toca vivir. Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), que en un principio parecían sólo herramientas funcionales, hoy son puentes de creación, conectividad y expansión de conciencia. Usted puede aprender, crear, sanar, enseñar, compartir y cambiar vidas desde un dispositivo en su mano.
Las fronteras del conocimiento y del trabajo se van haciendo más pequeñas. Existen nuevas formas de trabajar, nuevas vocaciones. La ciencia ha dejado de ser ajena al espíritu. La física cuántica nos habla de campos de posibilidades infinitas, de la influencia de la conciencia sobre la materia, de la conexión entre todo lo que es.
Usted ya no es un espectador pasivo, sino un participante activo en la creación del escenario. Y si algo resuena en su corazón, es porque ya existe como una posibilidad en ese campo cuántico esperando ser elegido. Basta con que usted le preste atención, energía y compromiso.
Ahora comprendemos con más claridad que todo lo que se manifiesta en esta realidad nace, primero, de un principio energético fundamental: el principio creador masculino y femenino, eléctrico y magnético.
Su energía eléctrica, masculina, es la chispa del pensamiento claro, del enfoque, de la intención proyectada. Su energía magnética, femenina, es la apertura del corazón, la capacidad de sentir, de atraer, de sostener.
Custed piensa con claridad y ama con profundidad, crea un campo coherente, una frecuencia poderosa y armoniosa que atrae hacia usted aquello que está en resonancia.
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Porque al final, no es tanto lo que usted hace o dice lo que determina su realidad, sino la frecuencia que emite. Esa es la magia de la manifestación: una consecuencia inevitable de lo que usted ya es en su interior.
Mientras más se alinee usted con la verdad, la gratitud, el amor, la claridad—, más precisa y fluida será la manifestación de sus deseos. Sólo quienes vibran en integridad y en apertura verdadera acceden con facilidad a los frutos del campo cuántico unificado.
Y aquí una clave paradójica muy importante: el autoamor como base para toda relación significativa y positiva. Usted se está convirtiendo en su propio hogar, su propio refugio, su propia fuente de alegría. Y desde ahí, todo lo que construya será más auténtico y duradero.
Y es ahí donde ocurre el milagro. Porque cuando usted acude a su interior, su cuerpo, su economía, sus relaciones, su entorno, créamelo, cambian. Usted es el puente entre lo invisible y lo visible. ¡Les espero el próximo domingo 08 de junio en Expo Espiritualidad para hablar mucho más de esto!