Hablar de productos lácteos franceses es sinónimo de calidad, tanto por sus excéntricos quesos, sus suaves y voluminosas cremas, así como por su mantequilla. Sin embargo, no refieren a ser exclusivos de la alta cocina o de platillos gourmet altamente sofisticados, pues incluso un blue cheese en tu hamburguesa tendrá un cambio radical en su sabor.
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No es noticia de que Francia sea uno de los mayores productores de lácteos en Europa y el mundo, siendo característicos por su sabor, textura suave y versatilidad para ser preparados en múltiples platillos. La producción de queso en Francia empezó a partir del siglo XIII, durante la Edad Media, la cual se originó en las granjas de los feudos galos.
Diferentes variedades de quesos fueron apareciendo gracias a las variaciones de cada región: clima, tipo de fermento, cuajado, prensado, maduración o grado de humedad para su almacenamiento. Hoy en día existen más de 400 tipos de quesos en Francia.
Todo gracias a las vacas
La alta calidad de los productos lácteos franceses se debe en parte a las condiciones climáticas idóneas del país (clima templado, amplios espacios abiertos, abundantes lluvias, etc.) que brindan una vasta diversidad de tierras agrícolas.
Pero las creadoras de dichos productos tan reconocidos en todas las cocinas del mundo se deben a tres razas de vacas que habitan los prados galos: la Holstein, siendo la raza más popular del país, que produce alrededor de ocho mil litros de leche al año; la Montbeliarde, cuya presencia está más hacia el Este de Francia, produciendo cerca de seis mil 500 litros de leche al año; y la Normande, endémica del Oeste del país, con una producción de seis mil litros de leche al año.
A continuación, te enlistamos cinco productos lácteos franceses que por su sabor y versatilidad, son perfectos para agregar a tu recetario, como dice el chef José Luis Ronquilla, hay que perder el miedo a usar estos productos en nuestros platillos favoritos.
Crema de Francia
Valorada mundialmente por ser un producto de primera línea, la crema de Francia sigue estrictas regulaciones que garantizan un producto confiable y delicioso.
Ésta puede ser empleada para la elaboración de sopas, helados, ganaches (cubierta de chocolate), mousses, parfaits o pastas. También puede ser usada para preparar crema chantilly, siempre y cuando cuente con un 30% de grasa.
Mantequilla francesa
Su método de elaboración no ha cambiado desde hace miles de años; para producir un kilogramo de mantequilla se necesitan 22 litros de leche. La mantequilla de Francia destaca del resto porque es producida con leche de tres razas de vacas (Holstein Friesian, Montbeliarde y Normande).
Se recomienda su uso para recetas donde la mantequilla es un complemento para el platillo principal, como langostas, pasta, carnes o aves.
Queso Emmental
También conocido como queso suizo, es originario de las regiones Saboya, Auvernia-Ródano-Alpes. Con una pasta de tipo prensada semicocida, este clásico queso se produce en grandes ruedas de 70 cm a un metro de diámetro y una altura de entre 12 y 30cm, estos pueden pesar hasta 52 kilos.
Es ideal para preparar un sándwich de queso derretido o una hamburguesa. También puede sumarse perfectamente a un omelette o como un detalle sorpresa en una pasta corta, como macarrones o rigatoni.
Queso Bree
Este se elabora en grandes discos que van de los 250 gramos a los 3.2 kilos. Se creó para sacarle provecho al excedente de la producción de leche y hoy en día es conocido como “el rey de los quesos”.
Su pasta blanda con corteza florida va particularmente bien con peras, ya que exalta el sabor del Bree; también se puede disfrutar con pan y galletas. Es perfecto para derretir en un omelette u hornearlo con hierbas finas o frutos rojos.
Queso Mimolette
Debido a su forma y corte, el Mimolette recuerda a un melón chino, pues es una esfera de aproximadamente dos kilogramos. El sabor de este es ligeramente salado, pero una vez dentro se empiezan a saborear notas a caramelo y nueces.
El Mimolette es idóneo para ser preparado con ensaladas o como aperitivo. De igual manera es perfecto como relleno en un lomo de cerdo, con avellanas, uvas, zanahorias y calabazas.
Experiencia con productos franceses en CDMX
La gastronomía mexicana se presta perfectamente para que se integren alimentos provenientes del Viejo Continente y que mejor si contienen la calidad y excelente sabor de los lácteos de Francia.
Un ejemplo de esto es el menú que el chef José Luis Ronquillo, elabora para el restaurante Palm del Hotel Presidente.
“Lo que deseo es que los comensales vean la variedad de cosas que se pueden lograr con estos productos lácteos. Podemos encontrar distintas cocinas y lo más común es decir que solo estos ingredientes van en la cocina francesa, pero no, realmente se puede comer algo más coloquial, que la mayoría estamos acostumbrados como hamburguesas o un cheescake, algo muy simple y sencillo pero elaborado con estos productos franceses”, señaló.
Por ello, los visitantes a este restaurante pueden degustar algo de sus creaciones con sabor francés como la Iceberg Salad, la cual ha existido desde hace muchos años y que está preparada con lechuga romana y aderezo de queso azul; otro platillo para probar son las pequeñas hamburguesas de res, elaboradas con pan brioche hecho con mantequilla francesa y con queso Comte derretido (se puede variar con queso suizo y Bree); y por último, tu experiencia puedes cerrarla con un cheescake hecho con distintos tipos de crema y mantequillas francesas.
“Estos productos franceses los puedes encontrar en México con distintos proveedores, las marcas también son muchas. Entonces, hay que perder un poquito el miedo a mezclar técnicas y culturas gastronómicas y atreverte a hacer algo sumamente sencillo como es la confort food, nada ostentoso o fuera de este mundo”, concluyó.
Así que no dudes en crear combinaciones gastronómicas con sabores nuevos y que seguro deleitarán a tu paladar.
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