¿Cómo surge su nuevo libro, El rostro de la venganza?
–El Rostro de la Venganza es mi segundo compendio de cuentos, dividido en dos secciones: La Tinta y El Bisturí. Los cuentos de La Tinta abordan temas bélicos, algunas experiencias personales y otras de ficción; El Bisturí tiene cuentos relacionados a temas médicos.
Uno de los que más me gustó trata sobre la relación de Louis Pasteur y el primer niño que se salvó con la vacuna contra la rabia. Los cuentos van saliendo entre lo que escribo novelas y se van acumulando, entonces cuando sale un volumen que consideramos publicable formamos estos compendios, el primero se llamó Los Profanadores y ahí fue al revés, de una novela pasé al cuento.
El cuento tiene la ventaja de lo que yo digo que es como un aperitivo, se disfruta en forma muy rápida y a pesar de su brevedad siempre cierra una idea y, al menos, procuro siempre en el cuento los giros de tuerca, los finales inesperados y tratar de conectar al lector desde el principio.
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Otra obra es El Cuarto 7 ¿Qué puede esperar el lector de esta?
–El cuarto 7 está basada en una serie de cosas que empezaron a pasar en una clínica en la que yo trabajé por muchos años y como suele ocurrir en estas clínicas antiguas, había historias de apariciones, y cosas que se escuchan.
Hubo un acontecimiento que fue la presencia del fantasma de una niñita y la fuerte conmoción para los trabajadores.
La premisa surge de un curso de ensayo periodístico con Joaquín Samayoa, que alguna vez fue Premio Nacional de Periodismo y nos puso de tarea ver una vivencia personal, entrevistar a los involucrados para estructurar y realizar un ensayo y una nota periodística.
Desarrollamos entonces una novela corta que entra en la auto-ficción, en donde el autor es parte o es personaje de la novela y lógicamente los recovecos se cubren con ficción. Decidimos incluir unas imágenes que son también de mi autoría, y a mÍ me encanta la portada magistral del reconocido pintor, Gabriel Ramírez. Es una historia que está entre en terror y el horror, vamos a decir, de terror, pero, sin revelar mucho de ella, con un final bastante inesperado.
¿Cómo ha sido su experiencia como escritor?
–Pues realmente, es como yo digo, la literatura es mi segundo amor, siempre me sentí como profano, en el sentido de que yo no tenía formación literaria. Siempre fui un lector, de estos voraces hasta que un día me decido y saco el primero. Después de eso lo que he tratado de hacer es, cuando menos publicar algo, una vez al año. Los médicos tenemos esa facilidad para las vivencias porque lo que más ha nutrido mis relatos son muchas experiencias en mi profesión como médico, que me alimentan.
Desde luego me he dado cuenta que este oficio de escribir mientras más vas escribiendo, más vas aprendiendo muchas cosas y si tienes los recursos literarios, es la suerte que engancha todo.
Ahorita ya tengo preparada lo que va en 2024, la próxima novela y es una novela histórica que me tomó tres años en hacerla que se titula La Cacería y se trata de la historia de la fiebre amarilla que fue una enfermedad muy terrible aquí en Yucatán.
Es muy interesante y ahorita con los temas de pandemia y estas cuestiones nos damos cuenta que seguimos siendo, el ser humano sigue estando supeditado a lo que dispongan estos bichos que ni siquiera nos damos cuenta que están ahí que son los virus, bacterias, etcétera.
¿Estaría interesado en escribir posteriormente sobre el Covid-19?
–Sin hacer mucho spoiler, en La Cacería, hay al final algo más o menos relacionado con la pandemia. Pero creo que se tiene que asentar más el tema, es muy interesante porque yo lo dije “Con el Covid hay que ver lo que pasó con la Gripe Española hace cien años, porque son almas gemelas” es increíble que la OMS haya tardado tanto en reaccionar con el tema de cubrebocas cuando en la gripe española lo primero que hizo la gente fue ponerse un paño en la cara y las cepas que fueron mutando igual cómo pasó en la Gripe Española.
Es como una vez que me encontré con Francisco Martín Moreno y yo le pregunté “¿Francisco, cuando habla de Colosio, por ejemplo?" Y me respondió “Bueno, hay algunos acontecimientos históricos que hay que dejar que se asienten un poco más para que sedimente o se pueda manejar”.
¿Qué le dice a los lectores interesados en estas dos nuevas obras?
–Hay que leer y no hay que dejar de leer. Yo lo único que diría de mis dos últimas publicaciones es que son amenas, son de lectura rápida, con un hilo conductor que hace que no lo sueltes. El el caso de El Cuarto 7 es una historia tan de terror que conviene que lo lean en la noche de preferencia y si se puede a la luz de una vela, con una lluvia con tormenta para que se sienta la vibra de que se les pueda parecer Sandrita.
En el caso de los cuentos son tan breves que es lectura rápida para cualquier lugar, en cualquier espacio, en cualquier momento. Alguna vez que han preguntado ¿Cuál es el mejor libro que has escrito? Y son como los hijos, todos son buenos, tienen su detalle pero creo que estos dos últimos son de lectura rápida, atrapa al lector y son muy digeribles y no dejan resaca.
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