El dolor en las articulaciones, ya sea en rodillas, dedos o muñecas, es una molestia común que suele estar relacionada con procesos inflamatorios. Aunque los medicamentos como el ibuprofeno son recursos habituales para aliviar estos síntomas, existen opciones naturales que pueden contribuir a reducir el malestar de manera eficaz y sin efectos secundarios. A continuación, se presentan tres antiinflamatorios naturales con propiedades comprobadas.
Romero, calmante natural con propiedades antiinflamatorias
El romero es una planta aromática muy utilizada en la cocina, pero también destaca por sus beneficios terapéuticos. Contiene ácido ursólico, una sustancia que ayuda a combatir las infecciones que se generan en torno a los cartílagos o las articulaciones, especialmente en las manos y las rodillas.
Preparación: Hervir 200 gramos de romero en dos vasos de agua (400 ml) durante 20 minutos. Dejar reposar, colar y tomar dos tazas al día.
Cúrcuma, una especia que desinflama y regenera
Originaria de Asia, la cúrcuma es conocida por su acción antiinflamatoria, antioxidante y analgésica. Esta especia puede ser una aliada en la reducción del dolor articular gracias a su capacidad para desintoxicar tejidos afectados y mejorar los procesos de reparación en el cuerpo.
Preparación: Hervir tres tazas de agua (750 ml) y añadir una cucharada de cúrcuma (20 gramos). Dejar que hierva durante 10 minutos. Luego, colar y agregar tres cucharadas de miel (60 gramos). Consumir la infusión a lo largo del día.
Jengibre, raíz potente contra la inflamación
El jengibre es uno de los remedios naturales más eficaces para tratar dolencias articulares. Su raíz tiene potentes propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a calmar el dolor de forma progresiva.
Preparación: Hervir 200 gramos de jengibre rallado en dos vasos de agua (400 ml) durante 20 minutos. Dejar reposar, colar y añadir dos cucharadas de miel. Se recomienda tomar dos tazas al día.
Aunque estos remedios pueden ser útiles como complemento, es importante recordar que no sustituyen el tratamiento médico. Siempre se debe consultar a un especialista ante cualquier dolor persistente.