Al menos 6 de cada 10 personas con diabetes no han recibido una actualización reciente sobre la técnica correcta para aplicarse insulina, lo que representa un riesgo significativo para su salud, de acuerdo con especialistas en educación terapéutica.
La falta de entrenamiento continuo, el uso de insumos inadecuados y el desconocimiento de la técnica adecuada son factores que, según expertos, generan errores en la aplicación que comprometen la eficacia del tratamiento y elevan el riesgo de complicaciones, como hipoglucemias y fluctuaciones glucémicas.
“Es un área clave dentro del manejo integral de la diabetes”, señaló Mariana Buss, PhD, gerente médica para embecta™ Latinoamérica. “La correcta aplicación de insulina, junto con una alimentación balanceada, actividad física y cuidado emocional, es fundamental para el control efectivo de la enfermedad”.
Uno de los errores más comunes, según la especialista, es la inyección intramuscular, que puede ocurrir de forma inadvertida cuando no se emplea la técnica correcta. A diferencia de la aplicación subcutánea —la forma recomendada—, la insulina inyectada en el músculo se absorbe de forma más rápida e irregular, provocando efectos adversos.
Consecuencias de una inyección incorrecta
- Episodios de hipoglucemia sin causa aparente.
- Variaciones constantes en los niveles de glucosa.
- Dificultad para alcanzar objetivos terapéuticos.
- Desconfianza del paciente en el tratamiento.
- Mayor riesgo de complicaciones crónicas, como daño renal, visual o pie diabético.
Los especialistas recomiendan revisar la técnica de aplicación al menos una vez al año con el equipo médico. Además, factores como el tipo de aguja y la complexión física del paciente influyen directamente en la seguridad de cada inyección.
¿Cuál es la técnica adecuada?
- Usar agujas ultrafinas y cortas: 4 mm para plumas y 6 mm para jeringas.
- Aplicar en zonas recomendadas: abdomen, muslos, glúteos externos y parte posterior del brazo (evitando zonas cercanas al ombligo o de vacunación).
- Realizar rotación de sitios con al menos 1 cm de distancia entre inyecciones.
- No reutilizar agujas o jeringas para evitar dolor, hematomas y lipohipertrofias.
“Cada inyección bien aplicada es un paso hacia el bienestar”, enfatizó Buss. “Redescubrir la rutina con conocimiento es un acto de autocuidado fundamental en el manejo de la diabetes”.
