El uso frecuente de zapatos de tacón alto puede generar múltiples afectaciones a la salud de las mujeres, principalmente en el sistema musculoesquelético, la circulación y el equilibrio corporal, advirtieron especialistas en biomecánica y salud ortopédica.
De acuerdo con estudios sobre la postura estructural del pie, el tacón obliga a mantener una posición antinatural que modifica de forma significativa la alineación del cuerpo. Al elevar el talón, el peso corporal se desplaza hacia la parte frontal del pie y se produce un compromiso biomecánico que impacta no solo a pies y tobillos, sino también a rodillas, caderas y columna vertebral.
Especialistas señalan que el uso continuo de tacones mantiene al pie en una posición forzada de puntillas, lo que favorece el acortamiento del tendón de Aquiles y de los músculos de la pantorrilla, así como de la fascia plantar. Esta alteración puede derivar en dolor en la parte posterior de la rodilla, dificultad para caminar descalza y molestias persistentes en las extremidades inferiores.

¿Cuáles son las afectaciones por usar tacón?
Entre los principales riesgos se encuentran los problemas musculoesqueléticos. En la columna vertebral, el uso de tacones incrementa la curvatura lumbar debido a la inclinación de la pelvis, lo que puede provocar lumbalgia y tensión muscular crónica.
En las rodillas, el aumento de la presión sobre la articulación eleva el riesgo de padecimientos degenerativos como la osteoartritis. En pies y tobillos, se incrementa la probabilidad de esguinces, además de deformidades como juanetes, dedos en martillo y callosidades.
El impacto también se extiende al sistema circulatorio. El uso prolongado de tacones dificulta el retorno venoso desde las extremidades inferiores, lo que puede favorecer la aparición de várices y la acumulación de líquidos en pies y tobillos, especialmente tras jornadas largas de pie o caminando.

Otro de los efectos señalados es la afectación del equilibrio y la postura. Al reducir la base de apoyo, los tacones aumentan el riesgo de caídas y generan contracturas musculares, fatiga y sobrecarga en músculos estabilizadores de piernas y cadera.
Además de las consecuencias físicas, expertos advierten sobre repercusiones funcionales y sociales. El dolor crónico en pies, piernas y espalda puede limitar actividades cotidianas, mientras que la presión social para usar tacones en contextos laborales o sociales puede generar estrés, inseguridad y afectaciones emocionales.

Recomendaciones para reducir el impacto del tacón
Ante este panorama, especialistas recomiendan moderar el uso de tacones, optar por alturas menores a cinco centímetros, realizar ejercicios de estiramiento para pantorrillas y tendón de Aquiles, utilizar plantillas ortopédicas y preferir diseños con tacón ancho o plataformas que reduzcan la inclinación del pie.
