“La Roma Records”, un pequeño local que se dedica a vender discos de acetato de distintos géneros e idiomas en la calle Álvaro Obregón, en la colonia Roma Norte, fue el lugar perfecto para que Los Petit Fellas se reunieran con sus fans previo a un fin de semana que pintó para ser “explosivo”
Fue ahí donde nos encontramos para platicar con ellos sobre todos los temas y ninguno; la emoción de regresar a México después de una época pandémica, que ellos denominaron como “apocalíptica” -y no lo negamos- hasta saber que su lugar favorito en la Ciudad de México es un puesto de tacos. Sin duda, la dinámica de las dos quintas partes de la banda, recibió esta charla como una oportunidad de hablar sobre distintos temas.
Nicolai Fellas y Sebastián Panesso conforman una banda independiente colombiana que ha estado en boca de todos -y no por sus posturas ante diversas situaciones políticas y sociales- si no, que su música ha logrado lo que muchos otros artistas sueñan: traspasar fronteras. Una mezcla de rap, rock, pop e incluso poesía, es la forma en que podemos -intentamos- encapsular a una agrupación que está dejando el ojo cuadrado a la crítica musical.
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Con tres conciertos programados para este fin de semana, (uno en la CDMX en el Bajo Circuito, otro en Guadalajara en el Foro Independiente y su presentación en Monterrey para el festival “Tecate Pa’l norte”), Los Petit Fellas no esconden sus ganas de ser libres y creer en el arte como forma de vida.
La invitación para poder encontrarse con sus fans para una pequeña convivencia, donde se bebió y se cantó, fue difundida a través de una imagen en las redes sociales de la banda. Sin mucho que planear, las ganas de agradecer a los que han provocado su “boom” en la escena musical mexicana, fue el motivo perfecto para que “La Roma Records” quedara como el lugar de un momento de recuerdo para ambas partes -y no fuimos la excepción-.
Alrededor de 30 minutos antes de las tres de la tarde -hora acordada para verse con sus seguidores-, los dos integrantes de la banda llegaron al lugar para poder charlar con Publimetro; a pesar de la premura y el poco tiempo que se tenía disponible, “Los Petit Fellas” demostraron que ante todo, siempre hay espacios abiertos, no solo para charlar con los medios, sino, para cualquier tipo de música.
Aquí la entrevista:
¿Cómo los ha recibido México?
-N: ¡Cómo nunca!
-S: ¡Sí, cómo nunca!
-N: Maravilloso, demasiada bondad en la gente para nosotros. Siempre ha sido muy lindo, siempre ha habido muy buen felling, pero está vez está siendo espectacular.
-S: Los amigos de “las venidas” de todas las veces que hemos estado acá, nos han hecho sentir como en casa, ¡más que en casa! Digo yo. Muy felices, inspirados ¡y listos para lo que se viene!
¿Cómo se siente al recibir tanto amor por parte de sus fans al llegar a México?
-S: Es un alma en el lugar que se llena, la alegría de compartir. La alegría de saber que la música une, y en definitiva estoy más que seguro ahora que estamos acá después de un par de años que México y Colombia somos muy parecidos, ¿sabes? Tenemos cosas muy parecidas y tenemos amor por lo que nos gusta, muy grande y muy parecido. Y la conexión que hay es más allá del idioma, si no del idioma español, si no del idioma de cómo pensamos, de cómo sentimos, de lo que vivimos, de lo que hemos vivido, pues es muy cercano y de ahí a que nos identificamos.
N: Yo creo que somos muchachos de barrios latinoamericanos encontrándonos en un lugar, viviendo las mismas realizas, soñando las mismas cosas, sintiendo cosas similares, y seguro, no todos, algunos. Entonces, uno apacigua esa soledad en la que vive, en la que vive el mundo, entonces sienten que uno no está tan solo y tan chiflado, si no que también hay otras personas que también están por ahí. Esto es realmente precioso. La coincidencia de coincidir.
¿Cómo presentarían a la banda a alguien que los va a escuchar por primera vez?
-N: Yo presentaría a la banda como una banda visceral, como una banda honesta, trabajadora, independiente y rebelde, de alguna manera. Y les diría que creemos en el arte casi como religión y proponemos desde ese mismo lugar con amor, con respeto y con… casi es un hilito de luz del que uno anda sostenido y que desde ahí está tratando de conectar, que sale desde lo profundo. Seguro a algunos no les gustara pero con certeza tiene todo lo que somos o todo lo que queremos ser, y le daría la bienvenida a la banda, la invitación, tal vez, haya una canción que nos acompañé en un momento completo y ¿por qué negarse a poder verlo?
¿Ustedes cómo creen que la música resignifica la historia de Colombia?
-N: El arte tiene un par de funciones. Creo que es un cronista, relata y explica un mundo que habita, construye memoria. En esa construcción de memoria, el arte en una forma más sensible y directa nos planea una serie de cuestionamiento que antes no nos hacíamos y ya la misma pregunta es valiosa. Si la pregunta no la va a proponer la economía o la religión, pues que la haga el arte, porque además viene desde un lugar mucho más sensible y honesto. Es esa conversación más íntima, no estamos hablando de matemáticas, estamos hablando del alma, del pensamiento, del mundo en el que nos toca. Plantear la conversación es precioso. En Colombia, siempre ha sucedido como un lugar político del arte, pero nuestro contexto y realidad social nos ha invitado -casi que en una obligación- a tener que ser parte de esa memoria que estamos contando y de esa conversación que estamos queriendo tener. Y es cierto que esa conversación nos llama, ese motivo que nos “vengan, que los necesitamos para que estén acá y echen una manita”. Tal vez no cambiemos el mundo pero ahora hay que plantear unas preguntas para que las discutamos solitos o con unos amigos y una chela.