La Diócesis de Querétaro, fundada hace 160 años, abarca el estado de Querétaro y siete municipios del estado de Guanajuato, territorio poseedor de cultura, tradiciones, historia y mucha fe de sus habitantes. Derivado de este legado y como constancia del trabajo que antecedió a la erección de la Diócesis, hay una tarea de los religiosos sumamente importante y merece la pena reconocerse en todo momento, muestra de ello es lo que exponemos.
“Valle sagrado Otomí-Chichimeca y sus once tradiciones”
Luego de que la UNESCO reconociera como patrimonio inmaterial las once tradiciones sagradas de la comunidad otomí en el año 2009, el Museo de Arte Sacro presenta rutas turísticas traducidas en productos turísticos de orden religioso y espiritual que ayuden a la comprensión de este patrimonio y la activación económica de estos cuatro municipios que cubren en buena medida el semidesierto queretano.
Desde hace años, hemos procurado con mucha tenacidad difundir la obra misionera de aquellos soldados de Dios que evangelizaron esa zona, sus desafíos misioneros y empeño por cambiar el rostro de esa región de Querétaro. Es aquí donde surge la intención de hacer de Colón, Cadereyta, Ezequiel Montes y Tolimán un destino amplio para el turismo espiritual mediante la vivencia de estas tradiciones, que, de la mano de su encanto paisajista, natural que llama a todos; de manera especial a los creyentes con fe.
Es un reto en el ámbito de la competitividad turística, este proyecto que suma a las diferentes rutas misioneras y de las bellezas naturales.
Variados conceptos se incorporan en este ambicioso trabajo. Lo primero robustecer el Valle Sagrado en cuanto a su difusión se refiere, donde lo espiritual juega un papel importante en la vida de los creyentes y no creyentes por cultura general, todo al encontrarse de una u otra manera con Dios.
Segundo aspecto, tener una ruta de turismo religioso que permita conocer este patrimonio edificado reflejado en sus capillas, oratorio que suman más de 250, pero restauradas, hay como 45, montañas sagradas como el Zamorano, El Cerro del Frontón y la Peña de Bernal.
Todo en el ámbito de la cultura y arte cristiano, reflejado en capillas, imágenes, templos con su arquitectura, la historia local y sus tradiciones, la inigualable gastronomía.
Un tercer momento es la colaboración en las pequeñas comunidades y sus habitantes que podrán participar de manera comercial, con empleos y la armonía natural que ofrecen con los visitantes.
Las tradiciones sagradas que componen este patrimonio son las siguientes:
Danza
Gastronomía
Tradición oral
elaboración de objetos
Organización comunitaria
Música tradicional
Peregrinación
Medicina tradicional
Lugares sagrados
Celebraciones comunitarias
Indumentaria
La experiencia de conocer este patrimonio de la mano de expertos y poder trabajar los sentidos en una ruta turístico cultural y espiritual, pero igualmente deportiva, le da una riqueza enorme.
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