Querétaro no está en condiciones de tener candidatos sin un diagnóstico ambiental profesional, con acciones concretas y presupuesto para resolver los problemas que enfrenta el estado en esta materia, alertó la ambientalista América Vizcaíno.
Esto al dar cuenta de que se buscará conocer las agendas políticas de quienes aspiran a cargos ejecutivos y legislativos, ya que no sólo se tiene una crisis hídrica sino también en cuanto a las condiciones de la calidad del aire y contaminación auditiva.
Remarcó que en este proceso electoral, se tiene que reconocer que se requiere acciones coordinadas y transversales de los tres órdenes de gobierno, ya que es urgente mitigar los efectos del cambio climático y disminuir la vulnerabilidad de la población, con gobernanza ambiental.
“Los problemas ambientales de Querétaro son graves, y no podemos tener candidatos, que nos van a representar en un cargo público, cruzados de brazos y no entender lo que está pasando y las implicaciones presentes y futuras”, expresó.
Por ello, el próximo 24 de abril en las instalaciones de la Federación de Colegios y Asociaciones de Profesionistas del Estado de Querétaro, estarán recibiendo las propuestas de quienes buscan cargos de elección popular y en donde se espera estén proyectos, no independientes, sino coordinados.
En este mismo sentido, la también ambientalista Pamela Siurob, indicó que hasta el momento, las propuestas solo se han concentrado en las zonas urbanas, principalmente en las agendas del agua, sin considerar el porcentaje que debe tener el ecosistema para mantener el flujo natural del vital líquido, y que no se observa en ninguna de las agendas.
“Ni lo federal, ni estatal ni municipal consideran cuál es el nacimiento del problema, y es el descuido del porcentaje que se le debe dar al ecosistema para mantener flujo natural y solo se centran en el abastecimiento de agua en zonas urbanas e industriales, y se olvida el ecosistema, que es la gran fábrica de agua”.
Aunque se comenta que el agua es uno de los temas prioritarios, apuntó que sigue estando ausente una Ley General de Aguas, que obligue a la adecuación de las leyes locales y reglamentos, buscando el abastecimiento desde la justicia hídrica.
