Como cada temporada de lluvias, y como gremlins, con un poco de agua los baches en nuestra ciudad, comienzan a multiplicarse por doquier, pocas cosas más democráticas como un bache, ricos y pobres caen en ellos, llantas nuevas run flat y “gallitos” se revientan por igual, si la calle se encharca se queda el mini cooper al igual que el Tsuru, incluso el agua puede ingresar a viviendas acomodadas de igual manera que arrasa con el barrio pobre. Claramente quien tiene más recursos, se recupera con mayor rapidez de la pérdida.
Decía un buen amigo que Querétaro es como una “ollita”, y es cierto, nuestra zona metropolitana es como un “cuenco”, aunque no llega a ser un valle, el desarrollo de la ciudad no ayuda a que se eviten inundaciones, por el contrario avenidas de concreto y asfalto se convierten en toboganes que facilitan la “bajada” del agua, y no su absorción y posterior recarga de mantos acuíferos.
En todo México gracias a nuestra cultura de corrupción y falta de planeación se vive una de las ironías más dramáticas, por ejemplo Iztapalapa, históricamente una delegación que no tiene agua potable en la CDMX, pero que se inunda cada vez que llueve, situaciones similares aunque tal vez menos dramáticas se viven en nuestra zona metropolitana, nuestra responsabilidad como ciudadanos, parece ser, siempre echarle la culpa a los gobiernos municipales, estatales y federal, rara vez evaluamos como ciudadanos si este, como muchos temas, puede ser causado y/o solucionado por los ciudadanos.
Y es que desde establecerse en asentamientos irregulares, hasta utilizar las calles, drenes y alcantarillas como basureros, genera que una buena parte de las ciudades de este país se pongan a temblar cada vez que comienza a llover, nada cambiará con un poco de asfalto, se puede bachear e incluso re encarpetar vialidades cada mes, sin embargo las causas de fondo no se atacan, se debe regular el crecimiento de las ciudades y fomentar el aprovechamiento del agua, esperemos que el sistema “El Batán” pueda ayudarnos no solo a eso, sino también a crear una cultura de aprovechamiento del agua, como en virtualmente todos los temas que aquejan a nuestro hermoso país, no habrá gobierno que pueda solo, si como sociedad no procuramos ser más limpios y ordenados, nada cambiará, nos gobierne quien nos gobierne.
Por lo pronto aguas con los baches, los más peligrosos, son los que acechan furtivamente debajo de un charco, esperando pacientemente a que pase un coche para atacar y llevarse su rin y llanta al más allá.
Éxito y bendiciones.