¿Qué es lo primero que se nos viene a la mente cuando nos mencionan la palabra “suegra”? Entre terror y malas experiencias, la famosa figura de la familia se ha ido transformando a través de los años.
Marion Ormeño, una dentista venezonala que reside en México, en una plática entre amigas, se cuestionó la figura que podría llegar a convertirse en unos años, cuando sus hijos formen su familia e inevitablemente, ella sea esa “temible suegra”.
Al tener esos pensamientos en mente, decidió documentar todas estas experiencias para reescribir una nueva forma de ver y verse como futura suegra, donde el estigma de la sociedad empiece a transformarse desde raíz.
Marion Ormeño platicó con Publimetro México sobre su nuevo libro y como alguien que podría estar totalmente ajeno al mundo de las letras puede aportar con un libro, una lección de vida que reconvierta la idea de las nuevas generaciones, que vienen pisando fuerte.
Te podría interesar: Sears celebra su 75 aniversario en grande
¿Quién es Marion Ormeño y cómo termina escribiendo este libro?
-Soy odontólogo y mamá de dos, estoy felizmente casada con Marcos -que también es venezolano. Fui mamá hace casi cuatro años, pero desde siempre me surgió la intriga de intentar entender porque si todas somos nueras y la mayoría nos convertimos en suegras porque sigue pasando que, generación tras generación, se repite como el concepto negativo y el vínculo se establece desde la negatividad; para mi era muy común ir a desayunar con alguna amiga, o varias, y que en la conversación ser tornara en torno a las suegra, siempre desde un punto de vista peyorativo. Después me convertí en mamá de dos niños y dije: “a ti, ¿cómo describen a las suegras? Así me van a describir a mi.
He notado también como el hombre se aleja de la madre en vista de esta rivalidad entre la nuera y la suegra, porque las mujeres tendemos a jalar a el hombre hacia nuestro lado, no hacia nuestro núcleo familiar femenino. Esto no pasa en todas las familiar, pero definitivamente yo no quiero pasar por ahí y que mis hijos se alejen de mi porque termino siendo una pesadilla.
Me di a la tarea de recolectar anécdotas propias, ideas de algunas amigas que fueron generosas y me compartieron sus historias desde el anonimato, historias jocosas con las que te puedes relacionar. Cualquier persona se puede dar con estas historias porque todos tenemos un núcleo familiar para poder llamar a la reflexión.
¿Cómo crees que mejorarías este vínculo tan estigmatizado?
-Bueno, a mí a raíz de la que escribí el libro se me generó una empatía impresionante hacia mi suegra. Yo no voy a mentir la relación de nosotras. Ha sido tortuosa, ha mejorado con el tiempo, las dos hemos madurado en la relación así como cuando uno madura con la pareja, pero si me desarrolló una empatía impresionante hacia ella porque ella hizo lo mejor que pudo con lo que tenía, con sus herramientas, le dio forma y ayudó a formar a la persona con la que yo comparto mi vida y estoy supremamente feliz. Para mí, si vemos las suegra con empatía, creo que que ayuda muchísimo, si eres suegra y te preparas, o buscas este alternativas en tu desarrollo humano. A lo qué me refiero es que no te hagas únicamente a ser madre, que tengas otros otras cosas que hacer tengas un hobby, tengas trabajo, seas independiente económicamente, desarrolles tu relación de pareja, vas a sentir menos feo cuando tu hijo se vaya del nido y vas a tener más cosas que hacer y lo vas a recibir menos entonces.
¿Cuál crees que sea el inicio del problema ante la estigmatización de ser suegra?
Creo que las personas tenemos una dificultad para establecer límites claros, creo que pronto las nuevas generaciones les puede dar como pena establecer límites por miedo al conflicto; pero si no estableces límites el conflicto, sale por el otro lado y por parte de la suegra, porque siempre los problemas son uno. No puede bailar solo, este el problema de la suegra es no aceptar esos esos límites no entender que los límites no tienen que ser nada estrictos sencillamente son unas pequeñas líneas que nos dan estructuras y lo tiene que cerrar muy estricto. Si respetas esos límites, seguramente te va a ir muy bien; entonces, “anúnciate antes de visitarme” o “por favor, mami, por favor, suegra después de las cinco de la tarde no le dé dulces a los niños”, son cosas sencillas.
Yo también tengo una relación difícil con mi suegra, si yo en esta primera edición, digamos, no sé si va a haber más. Me enfoqué en lo que yo conozco no desde mi punto de vista femenino desde mi rol de esposa, mamá de dos niños, o sea creo que sí, creo que es algo con el que se relacionan todas las familias porque tú lo acabas de decir, conoces este rol desde tu abuela, tu mamá y a lo mejor tú sin darte cuenta, lo vas a replicar y si ellos no tienen una buena relación, tú lo actúas, lo reflejas porque tú piensas que es así y mi idea es que todas tengamos la la alternativa de pensar. Esto no tiene porque ser una batalla, que yo no vengo a ganar. Esto esto es una relación bonita, ahorita ahorita el apoyo entre mujeres, ¿no? Entonces nada, nos pensamos en apoyar a la directora de la empresa chingona, perdón por la palabra. El apoyo desde la casa, el apoyo es que que hay “señora tengo que ir a hacer una diligencia”, pues me ayuda con el niño. Eso es un gran apoyo el que hoy tengo.