(Getty Images)
Juan Manuel Márquez es sin duda el boxeador más cerebral que tiene México. Con 40 años de edad, su capacidad física no ha mermado, pero lo que destaca sobremanera es su inteligencia sobre la tarima para corregir la estrategia cuando no está funcionando o cambiar el esquema de acuerdo a como quiera “bailar” el rival.
El próximo 12 de octubre, ante Timothy Bradley, Márquez, a quienes muchos han llamado erróneamente “Juanma”, buscará convertirse en leyenda. Si gana el cetro mundial welter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) en poder del estadounidense, será el único mexicano en haber ganado cinco títulos del orbe, en el mismo número de divisiones.
El “Dinamita” es uno de esos boxeadores que ha caminado poco a poco en el mundo del pugilismo. Lejos de ser figura en sus inicios, fue opacado por figuras nacionales como Érik Morales, Marco Antonio Barrera, José Luis Castillo e incluso su hermano, Rafael, entre otros peleadores. Pero eso no le importó y prefirió resguardarse en el gimnasio y comprender la esencia del deporte.
Su carrera profesional comenzó con el pie izquierdo, al caer por descalificación allá por 1993. Es de los pocos pugilistas que de iniciar su andar por los entablados con una derrota logró recuperarse, demostrar cualidades y afianzarse hoy por hoy como el mejor boxeador mexicano y uno de los más importantes a nivel mundial.
Su récord es positivo, pues tiene 55 peleas ganadas (40 KO), seis perdidas y un empate, en poco más de 20 años de carrera. Es un “viejo lobo de mar” de los encordados, que fue puliendo, de la mano de Nacho Beristáin, la otra parte de su cerebro, su técnica y estrategia. Pero también aprendió a hablar ante los medios, en inglés y español, y a evitar las confrontaciones verbales con sus oponentes, ésas que sólo desgastan y saca de concentración.
Para Márquez la estrategia lo es todo, pues es ahí donde se ganan las batallas. Muchos dirán que hay factores que pueden cambiar el destino de una pelea, es verdad, pero es preferible armar un plan con el cual subir al cuadrilátero que buscar el golpe de suerte o la venía de los jueces.
Y lo más fuerte del capitalino es su cerebro. Es un peleador incansable que estudia y analiza a sus rivales. No se sube al ring a dar golpes para ver “qué sale”. En esta etapa de su vida, donde el estilo y la técnica ya la tiene, se enfoca en descubrir las debilidades de sus oponentes, de escarbar lo más recóndito de ellos para beneficiarse.
El no da golpes de suerte. Aquél con el que noqueó a Manny Pacquiao fue entrenado hasta el cansancio. El “momento indicado” llegó porque él así lo preparó. Cada amague, movimiento de cintura y golpe al cuerpo está soportado en decenas de rounds disputados con sparrings bajo la vigilancia de Nacho Beristáin.
Juan Manuel Márquez es una máquina de boxeo porque es eficiente. Tiene un jab educado que le permite marcar distancia. Sabe recorrer el ring y cerrar espacios a sus oponentes. Su masa muscular le permite ejecutar golpes violentos, aunque también gusta de las combinaciones quirúrgicas al cuerpo para minar la fortaleza física de sus oponentes.
Posee una colección de fintas para abrir al enemigo y sabe mover la cintura para quitarse golpes. Es el amo del contragolpe y también sabe pelear en corto, pues da la oportunidad de marcar combinaciones. Tal vez le falta un poco de fortaleza en la mandíbula, pero sabe cubrirse cuando parece que irá a la lona. Es decir, es un pugilista completo y un ídolo forjado a golpes.
Como dijo Nacho Beristáin en una entrevista para ESPN, el “Dinamita” es una estrella de la afición porque es un fuera de serie, “nunca se le gastó dinero, ni Televisa ni Azteca le metieron dinero para nada, se hizo a base de triunfos, contra viento y marea se ha forjado como ídolo”. Y es verdad que el nombre de Juan Manuel ya entró al círculo predilecto de los pugilistas nacionales.
Sin embargo tuvieron que pasar casi 15 años de carrera profesional para que su nombre alcanzara los niveles que ahora tiene. En los círculos especializados su nombre era sinónimo de constancia y buen boxeo, pero a nivel general, donde se forjan los ídolos, aparecía muy lejos. Y aunque tal vez el reconocimiento llegó tarde, fue en el momento indicado, en la cúspide de su carrera.
La tetralogía contra Manny Pacquiao lo catapultó a nivel mundial y los ojos de la afición lo voltearon a ver. Demostró que a un boxeador inteligente y rápido como el filipino se le gana con cerebro. Buscó derrotar a Floyd Mayweather en una pelea desigual y previamente tuvo una batalla furibunda contra el “Barreta” Barrera.
Hoy ya nadie le hace sombra a Juan Manuel. Es considerado el ídolo de pugilismo mexicano y lo quiere demostrar ante Bradley. Los reflectores están ya en el Thomas AND Mack Center en Las Vegas, Nevada, pero la victoria está siendo planeada en el gimnasio Romanza en la Ciudad de México, pero sobre todo en el cerebro del “Dinamita”.
TÍTULOS MUNDIALES ABSOLUTOS DE JUAN MANUEL MÁRQUEZ
Juan Manuel Márquez además de poseer cuatro títulos ecuménicos en diferentes categorías, los ha obtenido de los cuatro organismos más importantes que rigen el boxeo profesional. El Dinamita busca romper el “empate” que tiene con Érik Morales y Jorge “Travieso” Arce*.
Título mundial pluma FIB 2003
Título mundial superpluma CMB 2007
Título mundial ligero AMB, OMB, IBO 2009
Título mundial superligero OMB 2012
* El “Travieso” tiene cinco cintos mundiales, pero uno de ellos es interino.