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“El gusto es nuestro” fascina con gran fiesta de recuerdos y amistad

Joan Manuel Serrat, Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos cantan durante más de tres horas ante diez mil personas

Una gran fiesta de nostalgia y amistad es la que armaron Joan Manuel Serrat, Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos ante casi diez mil personas, como parte de su gira internacional “El gusto es nuestro”, en el Auditorio Nacional de esta ciudad.

Fue una noche en la que, durante más de tres horas, interpretaron en solitario, a dueto o en cuarteto, algunos de los éxitos de su amplio repertorio.

Fue como echar una mirada 20 años atrás cuando por primera vez, en conjunto, vinieron a la Plaza de Toros México “cortando oreja y rabo” por tan exitosa faena musical.

Al igual que en aquel tour, los cuatro cantantes españoles se turnaron en escena para tener cada uno su espacio y su momento.

Destacaron el cariño de amigos que se tienen, su amor por México y su postura ante la política del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Como respuesta, el público, en su mayoría contemporáneo de los artistas, se puso de pie para ovacionarlos en repetidas ocasiones.

La presentación de los cuatro grandes intérpretes inició con el clásico «Hoy Puede ser un gran día» y apenas se les vio postrados sobre el escenario, la gente abandonó su asiento para aplaudirles con júbilo.

Acto seguido, el asturiano Víctor Manuel arrancó su participación en lo individual.

El primer tema que entregó fue «Solo pienso en ti», aquel que, dijo, hizo visible hace 40 años la discapacidad en su país.

«Buenas noches. Seguro alguno de ustedes estuvo hace 20 años en la Plaza de Toros México», comentó, y ante la respuesta afirmativa de los espectadores, añadió: «entonces no les dejamos un mal recuerdo, porque aquí están de nuevo».

Su repertorio continuó con las canciones «Cómo voy a olvidarme» y «A dónde irán los besos», para luego ceder el espacio a Miguel Ríos y a la llamada «Mujer maravilla», Ana Belén, como él la mencionó. Juntos emocionaron con «Insurrección».

Cuando parecía que continuarían en pareja, Joan Manuel Serrat ingresó al entarimado y con sonrisa franca comenzó la interpretación de «Cantares», uno de sus temas más emblemáticos.

El artista fue acompañado por un coro monumental, que en cada rincón del majestuoso recinto, entonaba aquellos versos de Antonio Machado, mientras que en la pantalla central se observaba un universo de estrellas, apenas acorde con la letra.

«Buenas noches, México de mi alma. Cuando con mis compañeros decidimos organizar esta fiesta, en conmemoración  a los 20 años de aquel concierto de ‘El gusto es nuestro’, fui tan contento a contárselo a mi mujer, porque le cuento todo, lo que no le cuento, tampoco se lo cuento a ustedes”, platicó.

«Mi mujer también se puso muy contenta, y me dijo: ‘qué bien, te irás de gira con tus amigos y compartirán los aviones, las enchiladas, los hoteles. Ahora tendrás una habitación para ti solo’, pero ella también.

En fin, los matrimonios somos felices con cosas como éstas», bromeó.

El maestro, como le llaman sus fans, destacó que era lindo reencontrase y ver que, a pesar del tiempo, estaban quienes los acompañaron hace 20 años y también había jóvenes.

«Probablemente vinieron para que nuestros mayores no se pierdan en el camino a casa. Cuál sea la razón que los ha traído aquí, muchas gracias», expresó.

Luego de «Algo personal” y “Pare”, Miguel Ríos entró para hacer dueto con su amigo, a través de «No hago otra cosa que pensar en ti».

Ambos bailaron y sellaron su participación con un abrazo y un beso en la mejilla. Así, llegó la oportunidad en solitario para Miguel Ríos, quien vino a inyectar un poco de rock a la velada.

Cargado de vitalidad y energía; entusiasta y alegre, el cantante invitó a que todos se pusieran de pie y los deleitó con el clásico «Bienvenidos».

«Mis carnales, cuánto tiempo», dijo y recordó que hace seis años se había despedido de los escenarios para escribir sus memorias en la residencia ‘El reposo del viejo rockero’, donde había enfermeras vestidas de cuero negro», vaciló.

Indicó que el siguiente tema, “Nos siguen pegando abajo”, se refería a lo jodidos que son los fascistas, sobre todo cuando están en el poder.

Luego de presentar a algunos de los diez músicos que lo acompañan, el programa continuó con “Rocanrol bumerán” y llegaron a escena Ana Belén y Víctor Manuel para fascinar a través de “Contamíname”.

«A estas alturas del concierto, solo puedo pregúntales si lo están pasando bien. El tiempo pasa y pasa todo. Y pasa el señor naranja y nos parecerá un mal sueño.

“Hoy leí que se han descubierto siete nuevos planetas idénticos a la Tierra, donde quizá se encuentren seres iguales a nosotros, y sería horroroso que el señor naranja esté multiplicado por siete», manifestó Ana Belén.

En medio de una ola de silbidos de halago, la cantante española emocionó a los asistentes con su intachable voz, mediante «El hombre del piano».

Al concluir, reveló que hacía tiempo grabó un disco dedicado a los hombres que había amado. Aquellos que, en muchos casos, le habían regalado su amistad y sus canciones.

Fue el preámbulo para iniciar con las primeras estrofas de «Ojalá que te vaya bonito», de José Alfredo Jiménez, canción que, platicó, «cometí la osadía de grabar y es del rey de los autores mexicanos”.

En las voces de Víctor Manuel y Miguel Ríos se escuchó «El abuelo Vítor» y, después, este último deleitó con «En la frontera», que le exigió una entrega total, por lo que al terminar de cantarla mencionó:

«Hace 20 años, México estaba al nivel del mar y yo pegaba gritos y echaba brincos, ahora necesito oxígeno, respiración de boca a boca, pero que no sea él sino ella la que me ayude», señaló entre el público.

Luego de subrayar que nunca se debe ir hacia atrás y que el pueblo debe darse cuenta que ellos son quienes mandan y no los gobernantes, «si queremos vida y dignidad, no más fronteras», solicitó a su fans que hicieran la clásica ola humana y después el «maremoto» hacia él.

Fue el marco perfecto para fascinar con «Santa Lucía», que destacó por las luces de los teléfonos móviles que encendieron sus seguidores para iluminar la sala.  «Gracias, son el público que mejor canta del planeta.

Gracias, de corazón, estoy encantando y ahora mucho más», resaltó el rockero para recibir a Víctor Manuel, y juntos hicieron vibrar con «Soy un corazón tendido al sol».

De nuevo en solitario, Víctor Manuel ahora entregó «Luna» y después «Asturias», himno que sirve para manifestarse. Así llegó la oportunidad para Joan Manuel Serrat con “Mediterráneo”, «Lucía», «Para la libertad» y “Paraules D’amor”.

Ésta última en catalán y a dueto con Ana Belén, de quien se refirió como la reina.

De nuevo sola en el entarimado, cimbró las fibras más profundas del público con «Lía» e impregnó un ambiente sensual mediante “Derroche” teniendo a sus tres compañeros en los coros sin que ella lo notara.

«Esos locos bajitos», «Nada sabe tan dulce como su boca», «El blues del autobús», «Quiero abrazarte tanto» e «Himno a la alegría», integraron un popurrí, y ante la petición de una más, Víctor Manuel entregó «Marcianita»; Miguel Ríos, «Mackie, el navaja»; Joan Manuel Serrat «Serenata huasteca» y Ana Belén con un vestido de color anaranjado fluorescente alegró con «Dime que me quieres».

Para cerrar con broche de oro, los cuatro artistas interpretaron “Fiesta», así como el icónico “La puerta de Alcalá”.

Para ese momento, el público seguía de pie y se marchó agradecido por tan espectacular “show”.

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