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Con los Jonas Brothers (que regresarán a México a finales de octubre), la felicidad empieza con las primeras notas de cada canción. Pero también ocurre con cada mirada, con cada movimiento y con cada sonrisa de las que Kevin, Joe y Nick Jonas lanzan desde el escenario del American Airlines Center de Dallas, Texas, y que transforman la timidez inicial de sus fans en un ruidoso frenesí conforme avanza la noche.
Se trata de la gira Happiness Begins Tour, con la que estos ex paladines de Disney se reúnen después de una década de no grabar juntos y de seis años de una despedida que los vio aventurarse con carreras en solitario tanto en la música, frente a las cámaras y en la vida.
Después de las 9:00 de la noche en la ciudad texana y tras una pequeña pasarela de “teloneros” (Livvia y Jordan McGraw), estalla la alegría y ésta es contagiosa. También es melódica, es visual y conmovedora. Con cada uno de los temas con los que los Jonas Brothers recorren su historia musical, se dispara la felicidad en todas direcciones, a ritmo de pop, rock, balada y dance.
Kevin, Joe y Nick, de 31, 30 y 27 años, respectivamente, van “tomados de la mano”, musicalmente hablando, y se desafían con cariño al derrochar su talento con la guitarra o demostrando sus notas altas en el micrófono o la sensibilidad frente al piano, y en este andar llevan a sus seguidoras, que se contonean y convierten el canto en gritos ante la energía de los hermanos.
Consienten a los nostálgicos
Temas de toda su carrera resuenan bajo el techo del American Airlines Center: “Rollercoaster”, “S.O.S.”, “Only Human” y “Strangers” forman parte del inicio del concierto e, incluso, Nick y Joe hacen un mano a mano para interpretar dos de sus sencillos como solistas: “Jealous” y “Cake by the Ocean”.
Happiness Begins… toda una aventura
Pasan los minutos y pasan las canciones y el espectáculo se vuelve un viaje. La arena es ocupada en su gran mayoría por mujeres: niñas, adolescentes y sobre todo por veinteañeras, quienes reviven en sus ojos el brillo y la ilusión que reflejaban al contemplar a sus ídolos en la TV, en posters o en revistas y, años más tarde, en sus smartphones.
Con la ayuda de esos benditos dispositivos (“malditos” para artistas como Madonna o Björk, quienes los prohíben en sus presentaciones en vivo), las “Jonatics” texanas se llevan en video el recuerdo de los ídolos que en su momento les alborotaron la hormona y hoy las vuelven a hacer sentir adolescentes.
Y aunque queden movidos, borrosos o con el audio saturado, cada una sabe que se lleva un poquito de la esencia de los Jonas Brothers consigo.
Ya no son unos niños
«Los tres mosqueteros» armados con guitarras, carisma, voz y melenas siempre cambiantes que un día fueron ídolos de un programa para niños, ahora son hombres casados. Joe lo hizo con Sophie Turner, la “Reina del Norte” de Game of Thrones, en mayo de 2019, en Las Vegas. Mientras que Nick tuvo una boda de ensueño con la actriz Priyanka Chopra en diciembre de 2018, en la India.
Por su parte, Kevin se les adelantó mucho tiempo atrás y en 2009 ató el lazo con su novia Danielle, con quien tiene dos pequeñas: Alena Rose y Valentina Angelina Jonas.
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El paso del tiempo y la madurez que han ganado como hombres y como artistas hace que en el escenario la personalidad de cada uno se sienta definida: Kevin es el más centrado y sensible, Joe es una bomba que va y viene y sabe provocar, mientras que de Nick emana una fuerza que al mismo tiempo lo muestra vulnerable y poderoso, con una voz que le eriza la voz a cualquiera.
De vuelta en México
Los Jonas Brothers se presentarán en México con el Happiness Begins Tour los días 27 y 28 de octubre en el Auditorio Citibanamex de Monterrey, 30 y 31 de octubre en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México y el 2 de noviembre en la Arena VFG de Guadalajara.
A lo largo del show, se muestran proyecciones llenas de simbolismos que hablan de la travesía que han emprendido los Jonas Brothers a través de la música hacia su historia como banda, pero que también los conecta con su niño interno y expresa el fuerte lazo que los une.
Y en este viaje, además de la música de gran calidad, hay pirotecnia, luces robóticas y un ambiente que pasa de la fiesta más pop al estruendo del rock sin que se sienta que hay algo metido con calzador.
Después de casi dos horas de entregarse al público, pronto se cerrará el ciclo. Pero así como en 2013 los Jonas Brothers se despidieron, para después ocultar muy bien su regreso, el falso final del concierto llega sin sorprender a las fans, quienes pacientemente esperaron a que Kevin, Joe y Nick retomaran su lugar en el escenario para cantar “Sucker”, el himno que describe a la perfección la relación que los une con todas esas chicas que hoy, una vez más, los vieron con el candor que hace más de 10 años.
