El peculiar edificio donde trascurren las historias de «Vecinos», la serie cómica de Televisa, incluye a una habitante muy especial. Es Doña Magdalena, un personaje interpretado por la actriz Macaria quien no deja de acaparar las risas del público.
A lo largo de las diez temporadas, este personaje se ha convertido en una de los más queridos. Los televidentes se identifican con la peculiar señora que a pesar de sus defectos y de ser engreída, ha tomado protagonismo en la serie.
Son muchas las ocasiones y las ocurrencias de Doña Magda, pero aquí resumimos algunos de los momentos del programa que recientemente estrenó con éxito su décima temporada.
Un nuevo celular
En tiempos modernos, las juntas de condominio se suelen comunicar por las aplicaciones de mensajería como Whastapp. Visto que los «vecinos» decidieron abrir un grupo en la popular app, Doña Magdalena deberá comprar un nuevo teléfono para poder unirse.
Aunque no tiene un peso para comprarlo, la vecina se niega a adquirir un teléfono de segunda mano. «Yo no compro de medio uso», pero al decirle «Germán» cede y compra uno que está usado pero aparentemente robado, por lo que no puede encenderlo.
La nueva administradora
Tras la renuncia de Luis como administrador del edificio, asume el cargo Doña Magda. Antes todos se debaten en quién es mejor para el nuevo puesto pero ninguno quiere asumir tal responsabilidad. Magda solo se ofrece a ser la nueva administradora para quedarse con el dinero del edificio.
Ella deja mal parado a Luis y lo culpa de mal manejo del dinero, pero además nombra a su equipo de trabajo, entre esos su esposo Arturo. Su secretaria y su hijo también estarán en la junta. Germán es su nuevo asistente personal.
La infidelidad de Arturo
En este episodio Magdalena cree que su esposo Arturo le es infiel con una de sus vecinas. Esto luego de que los vieron abrazados en el edificio, pero en realidad, el vecino lloraba tras confesar que no son ricos y que no tienen «ni un quinto».
Pero además ella descubrió en su saco la nota y el espejo que dejó la vecina a Arturo para que hiciera ejercicios de motivación repitiendo la frase: «Arturo, te quiero, te amo». Magda convence a la familia de tratar mejor a su esposo y de consentirlo para evitar se vaya con otra mujer.
Alerta sísmica
Arturo y Doña Magda desayunaban cuando comenzó a sonar la alarma sísmica. Él se pone nervioso y ella intenta tranquilizarlo pero finalmente ella pierde el control cuando comenzaron los temblores fuertes y sale corriendo.
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