Una nueva batalla en contra de los productos genéticamente modificados (GMO, por sus siglas en inglés), conocidos también como transgénicos, está por librarse en México, ya que más de 200 organizaciones exigen al presidente Andrés Manuel López Obrador poner especial atención a los productos que se siembran en el campo y que puedan ser dañinos a la salud.
De acuerdo con la carta publicada por la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País –y suscrita por 230 individuos e instituciones– “el pasado viernes 23 de octubre, nuevamente, el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos, con anuencia del Consejero Jurídico de la presidencia, Julio Scherer, subió a la página de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) un proyecto de decreto presidencial sobre glifosato y maíz transgénico que no los prohíbe”.
Consideran que “el decreto Scherer-Villalobos atenta contra México, violenta los principios de transformación que desde su gobierno emana, contradice sus dichos, promesas y convicciones de erradicar el maíz transgénico, de prohibir progresivamente el uso del herbicida glifosato, y transgrede los objetivos de alcanzar la autosuficiencia y soberanía alimentaria de nuestro país”, así como de “cuidar la salud de las y los mexicanos y anteponer los intereses nacionales por encima de los intereses privados”.
Lo que las organizaciones exigen es que el decreto “sea retirado de la Conamer y se reelabore la propuesta acorde con sus promesas y los acuerdos políticos que indicó se habían alcanzado con las otras secretarías y organismos reguladores involucrados”, además de que acusan al secretario de Agricultura y al consejero jurídico de la Presidencia de que “buscan sorprender y traicionar su confianza impidiendo que cumpla su palabra en el sentido de que en su gobierno no habrá maíz transgénico y que, de manera progresiva, se prohibirá el uso de glifosato hasta su eliminación total en 2024”.
El decreto, disponible en el sitio web de la Conamer, establece las acciones que deberán realizar las secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales, de Agricultura y Desarrollo Rural, de Economía y de Salud, así como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología para “programar y coordinar los estudios técnicos necesarios que permitan determinar la seguridad de la sustancia química denominada glifosato, como ingrediente activo de plaguicidas utilizados en nuestro país y, en su caso, desarrollar la tecnología necesaria que permita tanto su sustitución como el aumento de los niveles productivos con miras a lograr la autosuficiencia alimentaria”.
En el decreto del presidente López Obrador se indica que, “una vez obtenidas las conclusiones correspondientes de los estudios referidos, las instituciones señaladas promoverán las reformas a los ordenamientos jurídicos aplicables que establezcan el uso adecuado o prohibición del glifosato como sustancia activa de plaguicidas en México.
Asimismo, promoverán ante agricultores y productores mexicanos la utilización de otras sustancias que permitan mantener la producción agropecuaria y que a la vez resulten seguras para la salud humana, animal y el medio ambiente”.
Enrique Pérez, Integrante de la Campaña Sin maíz no hay país habló con Publimetro sobre la petición al presidente:
¿Qué cambios esperan que ocurran a raíz de esta publicación?
—Nuestra exigencia es que se baje la propuesta de decreto de la Conamer y que se reelabore una nueva propuesta acorde a sus promesas de campaña (AMLO) y a los diferentes acuerdos y compromisos políticos alcanzados con las diferentes secretarías y organismos reguladores involucrados. Pero sobre todo cumplir con el pueblo de México de iniciar la transformación y el rescate del campo mexicano, alcanzar la autosuficiencia alimentaria e impulsar un nuevo modelo agroalimentario y nutricional, libre de transgénicos y de glifosato.
¿Qué caracterizará esta nueva batalla contra los transgénicos en México?
— En México, la lucha contra los transgénicos –y en específico contra el maíz transgénico– lleva muchos años y seguirá siendo una lucha prioritaria hasta que México esté libre de transgénicos. Sería una desgracia para México que se privilegie el interés privado sobre el interés nacional. Además, la lucha es contra el maíz transgénico, pero el tema es más profundo. Y nosotros también luchamos y trabajamos por un nuevo modelo agroalimentario y nutricional. Las y los pequeños productores han demostrado, a pesar de las adversidades, que son capaces de producir los alimentos sanos, nutritivos e inocuos que requiere el país. Es transformar radicalmente el sistema alimentario y neoliberal que nos impusieron desde hace más de 30 años.
¿Qué otros países están llevando batallas similares a la que México lleva en la actualidad?
—La lucha contra los transgénicos es mundial. En la mayoría de los países hay un activismo frontal contra los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y contra Bayer-Monsanto, que es la empresa que controla el mercado de semillas transgénicas en el mundo. Hacemos un llamado respetuoso pero enérgico al presidente de México para que bajé la propuesta de decreto Scherer-Villalobos. Que cumpla su promesa de campaña –refrendada en sus 100 compromisos de gobierno– para que, de una vez por todas, prohíba el maíz transgénico y que, de manera progresiva, se prohíba el uso del glifosato.
Empresas responden sobre transgénicos
La Industria de Protección de Cultivos (agroindustria) manifestó que las empresas dejan claro –entre otros aspectos— que el sector no es enemigo de México, sino su permanente aliado en la transformación el campo nacional.
A través de un comunicado, abundó que las compañías siempre han apostado por el país, generan más de 14 mil empleos directos y más de 42 mil indirectos.
“(Las empresas) rechazan la confrontación, las mentiras y la actuación maniquea que algunos actores han asumido para sembrar dudas y temores entre la población mexicana, y principalmente, que los alimentos que se producen en el campo mexicano son seguros”, abundó.
Representantes de la industria consideraron que algunos grupos y personajes autodenominados ambientalistas están intentando sembrar encono entre los mexicanos “con el único fin de imponer su voluntad y cancelar de facto el diálogo que representa la mejor vía para que autoridades, legisladores, académicos, investigadores, la industria y principalmente los agricultores determinen, con base en la ciencia, el uso del glifosato en el campo para proteger los cultivos de las malezas”.
Además reiteraron su compromiso para trabajar con el presidente y todos los integrantes de la cadena agroalimentaria, con altura de miras para llevar al campo la anhelada justicia social, y hacer del sector el motor de la economía nacional.
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