Mark Price, de 30 años, es un trabajador de una empresa de mensajería que rompió todos los moldes con su primera película, “Colin”, al conseguir que se exhiba en cines de todo el Reino Unido pese a haberla rodado con un presupuesto de 45 libras, unos 70 dólares.
El presupuesto se destinó a comprar café, té y objetos de la escenografía.
“Colin” es la historia de un zombi desde una perspectiva diferente a la habitual: la del propio muerto viviente y dura 97 minutos.
Para la grabación se utilizaron tan sólo “dos cámaras domésticas”, comenzó su rodaje en 2005 y el montaje se alargó por 18 meses, editando desde su oficina.
El film ha generado críticas positivas entre los amantes del cine de terror y continúa utilizando Internet como eje central para su promoción con los trailer puestos en www.nowherefast.tv