Con una Biblia en la mano y dos latas de jugo, un predicador religioso secuestró un avión comercial, y por casi una hora mantuvo paralizada la operación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
El vuelo salió de Cancún, Quintana Roo, y con rumbo a la Ciudad de México, pero antes de llegar a su destino, el hombre amenazó a la tripulación y a los pasajeros con estallar una bomba.
La Policía Federal tomó el avión de la empresa Aeromexico, un Boing 777, luego de que bajaron los 140 pasajeros, y sin lanzar un solo disparo detuvo al secuestrador y a otras siete personas que, posteriormente, dejó en libertad, al comprobar que no participaron en la acción.
El detenido
El secuestrador era José Marc Flores Pereira, de 44 años de edad, que nació en Bolivia y vive en México desde hace 17 años, según su declaración.
De acuerdo con Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública, el predicador decidió el secuestro en el aire.
Una revelación
Según explicó él mismo, tuvo una revelación en la que en México sucedería una catástrofe, esto,aunado a que este miércoles es el día 9, del mes 9, del año 9 (999), número que al poner al revés es el (666), número de La Bestia.
Es por eso que pidió hablar con el presidente Felipe Calderón, para advertirle sobre el riesgo, y para decirle que no participe en la ceremonia del aniversario de la Independencia, el próximo 15 de septiembre.
Desde Oaxaca, Elsa Velgara, esposa del pastor boliviano, pidió perdón al presidente Felipe Calderón por la acción de su marido y atribuyó el secuestro “al trastorno psicológico” que padece José Marc Flores, debido a las drogas.
En alerta
Los mexicanos observaban la transmisión por televisión. Hacía 37 años que no se producía un secuestro de un avión en México, cuando en 1972 integrantes de la Liga Comunista Armada lo realizó para exigir la libertad de cinco guerrilleros, a cambio de los pasajeros, a lo que accedió el Gobierno.
Sonriente
El secuestrador fue presentado por las autoridades federales en una conferencia de prensa. El pastor salió sonriente y haciendo algunos comentarios sobre Dios, a manera de prédica, y explicó cómo simuló la bomba.
“Eran dos latas de Jumex, las llené de tierra y les puse unas lucecitas”, afirmó.