Ciudad Juárez no es una urbe fronteriza que goza de estar pegada a Estados Unidos. La lucha entre los cárteles del narcotráfico ha hecho que sus habitantes tengan que pagar para poder vivir.
Las extorsiones son para todos. Pequeños comerciantes, la población y hasta las sexoservidoras tienen que entregar la cuota para poder seguir con el trabajo, con su vida.
Más de 10 mil negocios han cerrado en Ciudad Juárez en cuatro años, cuando la disputa por el terreno se volvió más despiadada y arrasó con todo.
El dicho de que la vida es prestada aplica perfecto para esta urbe, la más violenta del mundo.